Con un triunfo y una derrota regresaron a la Isla los equipos adultos de la Asociación de Básquetbol de Ancud y Deportes Castro, respectivamente, luego que se jugara el fin de semana una nueva fecha de la Liga Saesa.

Hasta la 'ciudad de las rosas' viajó el cuadro del norte de la provincia para medirse con el Club Social, Deportivo y Cultural Puerto Varas, sacando una amplia ventaja sobre los locales. 42-64 terminó el encuentro.

El partido fue de básquetbol friccionado y desordenado. El equipo local mantuvo a raya al cuadro celeste hasta el tercer cuarto, cuando los dirigidos por Carlton Johnson no supieron leer la zona en defensa impuesta por la ABA, que le permitió al cuadro forastero recuperar balones y correr contragolpes.

Marquis Johnson, con 18 puntos (4 triples) y Sebastián Sáez con 15 puntos fueron los líderes del equipo de Carlos Iglesias que, a orillas del lago Llanquihue, se recuperó de su caída en la fecha pasada ante Español, en Chiloé. Por su parte, Marcelo Rivas con 8 puntos y el juvenil Diego Low con 7 fueron las mejores manos del cuadro local, que comienza a complicar su opción de alcanzar los playoffs.

La ABA, en tanto, en sub 13 cayó 64-56, en sub 15 venció 51-71 y en sub 17 se impuso por 46-55.

Por su parte, en el Coliseo Municipal Antonio Azurmendy Riveros de la capital de la Región de Los Ríos, el Club Deportivo Valdivia debió trabajar para derrotar a Deportes Castro por 93-88 (35-38), logrando una angustiosa pero útil victoria en la lucha de los albirrojos por asegurarse una plaza en playoffs.

Comandado por Felipe Ziegele (26 puntos) y Milenko Sepúlveda y Matías Villagrán (20 puntos cada uno), el CDV obtuvo la victoria en un electrizante alargue, luego de que el marcador finalizara igualado 79-79 al final del tiempo regular de juego. En Castro, el pivot Juan Enrique Fontena con 19 puntos y el escolta Sebastián Figueroa con 16 fueron los goleadores.

A su vez, Castro en sub 13 perdió 104-30. En menores de 15 los 'Leoncitos' se impusieron 54-73, repitiendo en sub 17, por 62-64. J

Técnicamente ha sido uno de los mundiales más discretos que me ha tocado ver. Y eso explica las pocas diferencias entre los distintos países. Los entrenadores y jugadores de los equipos más potentes, para justificar su accionar, dicen que los países supuestamente más chicos han elevado su juego. Pero mi opinión es que eso no es así. Salvo honrosas excepciones, los futbolistas de este Mundial son de muy escaso nivel.

Este ha sido un torneo muy bonito en cuanto a infraestructura, fiesta y organización. Pero si de fútbol hablamos, ha sido muy discreto. Por eso los cuatro semifinalistas, sin mostrar nada excepcional, llegaron a esta instancia.

Partamos por Argentina. No es un misterio para nadie que están donde están gracias a un solo jugador: Lionel Messi. Esta no es la Argentina que estamos acostumbrados a ver. Contra Bélgica se dedicó a enfriar el partido y a hacer tiempo. ¡Una vergüenza! Incluso la de mundiales anteriores, que no llegó a semifinales, tenía mejores jugadores. Este es un equipo discreto, demasiado discreto. Pero aun así puede llegar a la final. Solamente si es que Messi quiere.

Los equipos más fuertes que enfrentó fueron Suiza y Bélgica. Y así se instaló entre los cuatros mejores. Es decir, es una gran mentira.

Por el otro lado, nos encontramos con el Brasil más bajo de la historia. Es difícil encontrar un equipo brasileño con tan pocas individualidades. Destacan apenas David Luiz, Thiago Silva y Neymar. Y estos dos últimos no van a jugar contra Alemania.

No hay que saber de fútbol para darse cuenta que Hulk, por ejemplo, no tiene nada que hacer ahí. Tampoco Fred. Que los volantes defensivos son discretos, que Maicon viene de vuelta. Que Dani Alves y Marcelo andan mal. Me da pena que Chile no esté ahí. Y eso es por culpa de Sampaoli, que no hizo lo que tenía que hacer. Entre otras cosas, poner a Valdivia y entrenar penales.

También aparece Holanda, que no es el mismo equipo que perdió la final de Sudáfrica contra la mejor España de la historia. Pero aun así está en semifinales. Y llegó gracias a dos jugadores: Arjen Robben y Robin van Persie. A ellos, eso sí, hay que sumarle a Wesley Sneijder, que aparece de vez en cuando.

Y también, obviamente, al entrenador. Louis van Gaal, a diferencia de Sampaoli, pone a los mejores. Es un técnico meticuloso. Cambia de sistema dependiendo del rival. Hace jugar a los que tienen que jugar. No tuvo ni un reparo, por ejemplo, en poner a Dirk Kuyt de lateral derecho cuando tuvo que hacerlo. O de cambiar al arquero para la definición a penales.

Cuando la selección perdió con Holanda, Sampaoli intentó provocarlo diciendo que Chile había sido el equipo que propuso. Que Holanda se defendió. Van Gaal, en cambio, le respondió que ganó el equipo más inteligente. El más astuto. Y tuvo toda la razón.

Por último, nos queda Alemania. Todavía no demuestra todo lo que es. Y yo no sé si pueda ser más. Pero al igual que los otro tres, con lo poco que ha mostrado le ha bastado para ganar sin ningún sobresalto. Eso habla, también, que tiene un muy buen entrenador.

De los semifinalistas, está claro, Holanda y Alemania tienen margen para mejorar. No así Brasil que, con el equipo que tiene, es una gracia que esté donde esté. Argentina, por su parte, tiene a Messi. Y eso es un plus enorme.

La lógica indica que la final debería ser entre Alemania y Holanda. Tienen a los entrenadores más inteligentes de este Mundial, y eso, al final, marca una diferencia. Pero, como dije antes, Brasil es local. Y eso también influye. Y Argentina, insisto, tiene a Messi. Además, sabemos de sobra, en el fútbol la lógica no existe. J