Cumple un sueño con el fin de olvidar el calvario

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Más recompuesto, hasta más gordito se pudo observar al pequeño Byron. Quizás, esgrimiendo sus primeras sonrisas en mucho tiempo, tras la pesadilla que vivió en su propio hogar, donde fue sistemáticamente agredido, física y sicológicamente por sus propios padres. Un verdadero infierno que sufrió en el sector de Aguantao, comuna de Castro, y que busca olvidar con el apoyo de parientes, anónimos vecinos y diversas instituciones.