l El señor Antonio Sassone acaba de cumplir 106 años y manifestó, desde Temperley, Argentina, que está feliz. Le preguntaron entonces si tenía una fórmula para la felicidad y, a la vez, para la vida eterna. El anciano que llegó desde Italia en 1949, que tiene catorce nietos y diecinueve bisnietos, solo emitió una palabra: 'Familia', dijo. ¿Cómo dice? 'La familia', repitió, 'la familia unida, con todos alegres. Bueno, con esa alegría uno vive más', aportó Sassone.

Y lo que dice es cierto: vivir en un entorno armónico alarga la existencia. El amor es todo. J

l Rebecca Brown, estudiante de cine, 21 años, es una inglesa que se arranca el pelo cuando se pone nerviosa. En su niñez le diagnosticaron tricotilomanía, un trastorno obsesivo compulsivo, y a los 16 años estaba casi calva. Pero un día empezó a exponer su vida en las redes sociales. Lanzó videos en YouTube (BeckieO) contando su cotidianeidad. Solía hacer relatos brutales. Mostraba su calvicie. Luego se sacó miles de selfies repasando sus cambios físicos. Y ocurrieron dos cosas: se llenó de fans (tiene cerca de 200 mil) y le empezó a salir pelo. Dicen que el afecto la sanó. J

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Se supo, hace poco, que esta estrella mundial está enferma. Tim Howard, rutilante portero de Estados Unidos, el hombre que en el Mundial de Brasil deslumbró en octavos de final ante Bélgica, padece desde niño del síndrome de Tourette.

El síndrome de Tourette es un incómodo trastorno neurosiquiátrico. Se expresa por tics motores y, sustancialmente, por no tener control sobre lo que se dice. El enfermo, por tanto, sin control sobre su propio lenguaje, en ocasiones se introduce en un trance y lanza garabatos o palabras inconexas. Howard tiene esta enfermedad desde sexto básico. Y se ha transformado en una inspiración para todos los 'tourettes' del planeta.

'Es nuestro héroe', señaló Annette Hewko, presidenta de la Asociación Nacional del Síndrome de Tourette de Estados Unidos. Ocurre que Howard ha difundido con mucha naturalidad que tiene esta enfermedad. Y ha señalado que se puede convivir sin problemas con esta anormalidad. Incluso, Howard ha sugerido que tener este trastorno lo ha hecho mejor arquero. 'Me he dado cuenta que tengo movimientos más rápidos que el resto', dijo a una revista alemana. Parece que es por el influjo de los tics. 'Esos reflejos se relacionan con mi desorden', aclaró.

Howard vive feliz. Es el titular del Everton de Inglaterra, se lució exitosamente en el Mundial, atajó de todo, con las piernas y con los reflejos de las manos, y hoy mantiene bajo control sus arranques 'tourettes'. Dijo una vez: 'Si la cosa se pone seria en el arco, los tics desaparecen'.

Demostró que hay salida digna en el mundo de este síndrome. Es la inspiración de muchos enfermos y por eso invita a sobreponerse, aunque, como dijo un especialista, 'controlar los tics no significa estar sano'. La enfermedad dura para siempre. Howard lo sabe. Y eso, quizás, lo hace más grande. J