La estresante vida de Cristián Álvarez en la UC

RODRIGO SÁENZ/AGENCIAUNO

upi

E-mail Compartir

Tras un intercambio de cinco puñetazos entre Darío Botinelli y Cristián Álvarez, ayer el señor Julio César Falcioni tuvo su partido más sensato: optó, como un Salomón bíblico, por una multa comestible. Los contrincantes deberán pagar una parrilla a medias. La pelea terminó oficialmente en un empate en grasas saturadas.