Villa Alemana en la época de Miguel Ángel

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Teté. Así le decíamos a la nana que vivía en mi casa en la década de los '80. Una mujer de edad madura, pinochetista y católica hasta los huesos. No era raro que se dejara seducir por Miguel Ángel y sus presuntas conversaciones con la Virgen María. Era una de las que subía domingo a domingo al Monte Carmelo y yo, metida y curiosa, la acompañaba.