l A una pena de 3 años y un día de presidio menor en su grado máximo, pero con el beneficio de la libertad vigilada, fue sentenciado recientemente el sujeto responsable de ultrajar a su propia sobrinita, al interior de la casa que compartían en Ancud.
Aunque la menor -hoy de 13 años- no logró identificar una fecha exacta de las tocaciones que sufrió, su declaración unida a la prueba pericial y testimonial reunida fue suficiente para desvirtuar la presunción de inocencia del acusado, individualizado con las iniciales J.F.R.L.
El autor del delito de abuso sexual continuado perpetró las agresiones en fecha indeterminada entre el 2010 y el 2011. Un año después de produjo la develación y posterior indagatoria que derivó en el juicio en que se acreditó su participación.
De acuerdo a lo manifestado por el fiscal Enrique Canales, quien fue el encargado de entregar los antecedentes acusatorios en la audiencia, a la pena principal se sumaron las accesorias tradicionales para estos casos.
'Se determinó mantener a esta persona bajo la sujeción de la vigilancia de la autoridad por los 10 años posteriores al cumplimiento de la condena e incorporar su huella genética en el registro de condenados', detalló el persecutor, quien inicialmente invocó 5 años de reclusión por una figura de abuso sexual reiterado. J
l La defensa representada por el abogado Antonio Guerra solicitó a la sala, presida por la magistrado Angélica Monsalve, 61 días de presidio remitido.