l Consternada por la sorpresa que se llevó la mañana de ayer durante en el cambio de nicho del ataúd que contiene los restos óseos de su abuela que reposan en el Cementerio Municipal de Castro, se mostró Solange Guzmán.

Según indicó la isleña, lo que prometía ser una apacible jornada se convirtió en desazón tras abrir la tumba de su familiar y percatarse de que el féretro se encontraba en el agua.

'Al abrir el nicho nos encontramos con la sorpresa de que estaba inundado hasta pasadas las manillas y eso no debería ser. Lo que primero quiero saber si es una filtración natural o una negligencia', manifestó la afectada.

Asimismo, la castreña destacó que 'gracias a Dios el ataúd que compramos es bueno, porque ya estaba más o menos un año y ocho meses en esas condiciones y al levantarlo se pudo haber desarmado, ¿y quién nos responde por eso?'.

La vecina de la capital provincial señaló además que ayer otras personas se habrían encontrado con el sitio destinado al traslado del ataúd de un familiar en similares condiciones.

'Era una familia de Argentina y el cambio no se autorizó porque estaba con agua, con manchas de bencina o petróleo. Imagínate el esfuerzo desde Argentina para venir a cambiar a su ser querido y tampoco lo pudieron hacer', acusó Guzmán.

Finalmente, la mujer emplazó a las autoridades a hacer algo al respecto y sostuvo que es necesario que 'la comunidad se dé cuenta de lo que está pasando acá en el Cementerio Municipal'. J

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