Secciones

Papás de Javiera relatan la dura batalla de la niña

E-mail Compartir

clarenas@laestrellachiloe.cl

A sus 30 años, la joven pareja formada por Cristian Mansilla y Oriana Pinto, busca retomar su vida después de vivir el dolor de perder a su pequeña hija Javiera, la niña queilina que fue sometida a un trasplante de hígado cuando apenas tenía 57 días de nacida y que dejó de existir el lunes de la semana pasada.

Junto con agradecer a todas las personas que los acompañaron en este duro proceso que se inició con el nacimiento de Javierita, ya que en ese entonces se le diagnóstico hemocromatosis, enfermedad incompatible con la vida, los queilinos también hablaron de la importancia de la donación y lo que representa para una familia chilota que uno de los suyos sufra una enfermedad de estas características.

Pese a la pena de la pérdida, sobre todo porque piensan que si hubiesen contado con recursos para atenderla en el sector privado, a lo mejor su partida se pudo haber evitado, los padres de la menor aseguran que en el año y cinco meses que vivió Javierita fue un ejemplo.

"Ella siempre fue una luchadora y a nosotros como familia nos ayudó para unirnos", afirmó Cristian Mansilla, padre de la pequeña.

En julio del año pasado Javiera se convirtió en la persona más pequeña en el país en ser trasplantada de hígado. La niña recibió un trozo del órgano de una donante adulta de la Región de La Araucanía, operación que llenó de esperanza a sus familiares, pero tras unos meses la pequeña presentó un rechazo agudo.

La madrugada del lunes 17 y luego de permanecer internada en la Unidad de Cuidados Intensivos del Hospital Luis Calvo Mackenna en la comuna de Providencia, a la espera de un retrasplante que había sido programado para hoy y que recibiría de su padre, la pequeña falleció.

"En Queilen pudimos ver el día de su funeral que fue un gran ejemplo, hubo gente de distintas religiones, de distintos colores políticos, todos unidos por una causa que era despedir a la Javierita", señaló el vecino.

Asimismo, el joven indicó que "es muy complicado no tener acceso a la salud acá en Chiloé, nosotros dimos una gran lucha y sin embargo pienso y voy a seguir creyendo que si hubiera tenido más recursos económicos, a lo mejor hubiera hecho algo más por mi hija".

En este punto, su esposa Oriana Pinto precisó que "uno tiene que viajar tan lejos, cuando las autoridades pueden poner los recursos y la tecnología para que los médicos puedan estar en estas zonas donde uno tanto los necesita".

Junto con ello, la misma fuente señaló que "el tema de ser donante es tan importante, nosotros tuvimos la gracia de tener a la Javierita un año y cinco meses con un pedacito de otra persona, es tan lindo dar ese amor".

Igualmente, manifestó que "me gustaría que la gente tome conciencia de lo que es dar vida", sumando que "de verdad es muy importante, hay niños que están esperando y así se van, la gente no toma conciencia de esto, uno espera que le pase a uno para que recién despierte".

Los padres de la pequeña queilina también comentaron sobre los problemas que se han evidenciado en la salud de la provincia con los paros que se registraron en las últimas semanas en el Hospital Augusto Riffart de Castro.

"Nos llega a nosotros muy de cerca lo que pasa con la salud pública en la Isla, ha habido muchos ofrecimientos, pero es poco lo que se ve", expresó Cristian Mansilla, quien recalcó que en el caso de su hija ni siquiera en Puerto Montt encontraron los requerimientos necesarios para enfrentar su enfermedad.

Del mismo modo, el joven enfatizó que "en la zona no estaba la tecnología para ella, solamente en Santiago, está todo muy centralizado lo que es la salud, pero esperamos y queremos que se mejore pronto esto".

A su vez, su esposa coincidió en que esta es una situación "lamentable", añadiendo que "al no tener un hospital completo necesariamente hay que salir de la Isla, pero por qué tenemos que llegar a un lugar tan lejos".

La tristeza que vive esta familia chilota se ahonda al pensar que si hubiesen seguido tratando a su hija en la Clínica Las Condes, recinto en que fue intervenida la pequeña, su situación podría haber sido distinta.

"En la clínica es todo más fácil, nosotros lamentamos mucho la verdad no haber seguido en la clínica porque tal vez la Javierita estaría con vida, en la clínica es todo más rápido, en el servicio público todo es aplazado, nuestra hija tenía fecha para el trasplante, en la clínica si hubiésemos tenido la plata se iba a hacer mucho más rápido", puntualizó la joven.

COMPATIBLE

Oriana Pinto reiteró que su hija hoy tenía la fecha programada para el retrasplante y que previo a ello se habían realizado los exámenes correspondientes que determinaron que su padre Cristian era compatible para donarle parte de su hígado.

"Nosotros pensamos por qué tuvimos que esperar si ya teníamos todos los exámenes listos, si hubiésemos tenido dinero en una clínica se habría hecho a la brevedad posible", señaló la madre de la menor.

Para intentar que la niña llegara a la operación en la mejor condición posible, ya que debido a su condición era susceptible a contagiarse de distintas afecciones dentro del hospital se habría fijado el plazo del 27 de noviembre.

"Yo empecé el año pasado con los estudios, pero lamentablemente en el hospital habían solo dos personas que veían el tema de los trasplantes y uno de ellos se fue de vacaciones en octubre y durante ese mes estuvimos acá en Chiloé y fue ahí donde nosotros creemos que la Javierita se complicó", enfatizó su padre.

A 10 días desde el deceso de su hija, los jóvenes queilinos esperan retomar poco a poco la normalidad de su vidas, sobre todo por su hijo Juan Pablo de 9 años, pero esperan también que su caso sea un ejemplo para que las personas decidan donar los órganos y también para que se mejore la salud pública en el país.

Además, la pareja agradeció a todas las personas que los apoyaron en este duro proceso y si bien saben que es difícil destacar solo a algunos, la comunidad de Queilen es el principal centro de su atención.

"Hay muchas personas que fueron de gran ayuda mientras nosotros estábamos en Santiago", expresó Cristian Mansilla, añadiendo que "queremos agradecer a las autoridades de la comuna y la familia Aguilar que nos ayudó muchísimo, a toda la gente de Queilen y algunos amigos de Castro, Ancud y Quellón que se preocuparon por nosotros".

Agregó que "fue un año y cinco meses que estuvimos en esta situación, pero gracias al apoyo de las familias y de la gente pudimos salir adelante, Javierita en ningún momento estuvo triste, así es que nosotros como familia estamos tranquilos y tenemos que seguir adelante". J