El festival que libera a los presos de Castro
pbarcenag@laestrellachiloe.cl
Por un par de horas, los barrotes se transformaron en micrófonos, los pitos se volvieron acordes musicales, las órdenes cambiaron a canciones y los castigos se esfumaron en medio de los aplausos; por un par de horas, un frío gimnasio se convirtió en escenario y el concreto se volvió arte; por un par de horas, la soledad de una celda cambió a compañía, la angustia motivada por un crimen derivó en esperanza y la tristeza mutó por alegría; por un par de horas la libertad se tomó la cárcel de Castro.
El festival de la voz "Un canto libre" realizado la jornada del viernes en el Centro de Detención Preventiva (CDP) de la capital chilota posibilitó que todos los internos se empaparan con la música y dejaran de lado el pesado lastre que llevan consigo producto de una sanción penal.
Pese a que fueron once los participantes, la totalidad de la población recluida en el añoso recinto penitenciario ubicado en el centro de la ciudad intervino. Más de un centenar de personas que gritó, aplaudió, cantó y se alegró con esta iniciativa. Se despejaron, rieron y hasta se sorprendieron con el talento de sus compañeros de dormitorio.
Algunos contaron con más barra que el resto. Bien lo puede decir "El charango", un interno que se puso su mejor chaquetón para interpretar "Me llamas" de su ídolo, José Luis Perales. Incluso, antes de entonar la primera letra, David recibió la ovación del respetable.
"Buscamos entretener a la gente... estoy muy orgulloso de poder hacer esto", indicó el intérprete que arriba de una precaria estructura se sintió como en los mejores escenarios del país. También se mostró contento por participar, aunque reconoció que "es un poco fuerte hacer algo diferente". Sin embargo, ese temor no lo amilanó y sacó lecciones positivas.
"Estas actividades ayudan, son un gran apoyo, sirven para que seamos mejores personas", concluyó, reflejando una simple pero gran verdad.
convivencia
Todos coincidieron en el valor que trae aparejada una iniciativa como esta. No se sienten presos los presos. Aunque suene raro. Gozan de un momento de libertad dentro de la misma cárcel.
"Esto ayuda a la convivencia, y no solo entre los internos, sino con los gendarmes. Nos divertimos. Esto te motiva... es genial", comentó Pablo, quien se preparó un poco más que el resto y hasta se personificó como un roquero.
Ojos pintados, gel en el pelo y ropa ad hoc utilizó este joven. Partió algo tímido en el escenario, pero el mismo tema que cantó lo sacó de ese letargo. Con "Arrancacorazones" de Attaque 77 terminó prendiendo al público.
Confesó que los esfuerzos para sacar adelante su número fueron importantes. Todos se tomaron en serio este concurso. "Los participantes tuvieron diferentes medios para ensayar, conseguir la pista, preparaban una coreografía. Es importante esta actividad, nos distrae de la rutina, todo resultó muy bien", aclaró.
Imputados y reos, viejos y mozalbetes, todos se unieron en torno a esta actividad. Desde hace tiempo que un cigarrillo no se disfrutaba tanto como oyendo la música y desplante de quienes solo habían visto caminando por lúgubres pasillos y fríos calabozos. Y eso, si que se reconoce.
Junto a las autoridades del CDP que posibilitaron dar vida a este verdadero espectáculo, dos jóvenes figuras se convirtieron en el motor para sacar adelante el proyecto. Se trata de las alumnas en práctica de la carrera de Trabajo Social de la Universidad de Aconcagua, Priscilla Sierra y Rosa Rodríguez, quienes se desvivieron por el éxito de la jornada.
"La idea fue innovadora para compartir, que los internos sean parte de esto e incentivarlos a estas actividades artísticas. La intención fue realizar un festival y los chicos están muy contentos y motivados, todos participamos, motivados para trabajar", acotó Rodríguez.
preparación
Por su parte, su compañera siempre con la sonrisa en el rostro y con el entusiasmo al máximo para incentivar a los participantes, enfatizó que toda la labor logística y de preparación para sacar adelante la iniciativa se extendió por cerca de un mes. Eso sí, las últimas dos semanas concentraron las tareas.
"Nos organizamos con los horarios, por ejemplo cuando tenían sus visitas, tratamos de no ensayar para que no existan topones, lo mismo con sus comidas o con los que estudian. Nos preparamos en la capilla", manifestó.
Asimismo, Sierra resaltó el valor de salir de la rutina con estos proyectos. "Es súper importante porque tienen otro tipo de distracción, ellos necesitan este tipo de motivación, ayuda como terapia, va más allá de una intervención", recalcó.
Se despejaron los reclusos. Y como bien indicaron estas dos alumnas, un encuentro de este tipo equivale a más de 10 reuniones típicas de rehabilitación, supera con creces los efectos de las rutinarias terapias de reinserción. Por eso, de inmediato se sacaron conclusiones y se aguarda por seguir potenciando estos despliegues.
De acuerdo a lo señalado por Juan Carlos Márquez, asistente social de Gendarmería de Castro, "la idea es dar unos pasos sobre la reinserción social y también demostrar a la comunidad que los internos, aunque cometieron un error y están pagando su culpa, son capaces de superarse y ser resilientes frente a las adversidades".
El profesional destacó que este festival no solo avanza hacia el talento, "también se proyectan las emociones y dan luces que pueden hacer un cambio que la sociedad necesita. Estos eventos respetan la dignidad de los internos y resaltan sus habilidades", admitió.
Como una de las grandes ganancias de este proyecto se encuentra el hecho que "por unas horas la población penal se olvida que está recluida y cumpliendo una condena y busca expresar estas emociones", aseguró Márquez, comentando casi a modo de eslogan que este festival "es un espacio de libertad".
Por ello, ya comenzaron las tratativas para ampliar los alcances de esta iniciativa. Y no solo enfocar sus frutos sociales a la provincia. "Estamos hablando con la Dirección Regional de Gendarmería porque se busca hacer un festival regional de todas las unidades penales en el 2015, acá en Castro", acuñó el asistente social.
Ese es el próximo desafío. Quizás se materialice un encuentro zonal de talentos que hoy están tras las rejas. Y por qué no decirlo, el festival puede llegar a ser nacional, donde los reos chilotes puedan mostrar todas sus capacidades.
respaldo
Por lo menos, cuentan con el apoyo de la institución que vio en estas actividades un espacio ideal para reflejar su política de rehabilitación.
Tal como expresó el titular del CDP castreño, el capitán Alejandro Méndez, esta verdadera fiesta de la música realizada con motivo del aniversario 84 de la organización penitenciaria, "fortalece el desarrollo personal, como lo buscamos concretar dentro del programa Deporte, Recreación, Arte y Cultura (DRAC)".
A su vez, el alcaide detalló que pese a existir 11 participante "logramos la intervención del ciento por ciento de nuestra población penal, que se juntó y apoyo a sus compañeros. Por eso, esperamos seguir enfocando nuestro interés en incursionar en el arte y cultura como una verdadera terapia de respaldo y reinserción de los internos".
Una estrategia que pese a forjarse con escasos recursos, saca aplausos y tiene como recompensa la alegría y distracción de quienes viven detrás de unos barrotes. J