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Salud insular vivió conflicto por hospitales y gestión en SS. Chiloé

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clarenas@laestrellachiloe.cl

El 2014 no fue un año fácil para la salud chilota. Tomas de carreteras, del Servicio de Salud Chiloé, paralizaciones de gremios e, incluso, un incendio que destruyó un centro asistencial marcaron al sector.

Ancud, Castro y Queilen estuvieron en el ojo del huracán por distintas situaciones como postergación en el inicio de la construcción del nuevo edificio, demandas de mejoras en cargos y grados de los profesionales, pero todas ellas apuntan a las legítimas aspiraciones de la comunidad de contar con una salud de calidad en el Archipiélago.

A la calle salieron los vecinos de la comuna de Ancud en julio pasado para protestar por la postergación en el inicio del proceso de la normalización de su hospital, cuyo comienzo fue cambiado al año 2018, lo que no dejó para nada contesta a la comuna.

Bajo el nombre Agrupación "Pueblo de Ancud" los vecinos pelearon por su hospital como anteriormente lo había realizado Quellón y tras bloqueos de ruta y negociaciones lograron el adelanto de la fecha del inicio de la construcción.

Incluso fue el intendente de la Región de Los Lagos, Nofal Abud, quien actuó como garante de este acuerdo que comprometió que las obras se licitarán en 2015 y la construcción del nuevo edificio se iniciaría el primer trimestre de 2016.

Pero este no fue el único conflicto que afectó a la salud de la provincia: el Servicio de Salud Chiloé no escapó a las críticas, sobre todo la gestión de su directora provisional Paulina Reinoso y un supuesto "arreglo" para continuar en el cargo una vez que se definiera el concurso público para el puesto.

No fue una sino varias las veces que dirigentes se tomaron las dependencias del organismo, ubicadas en la comuna Castro, dando cuenta de persecuciones en contra de los dirigentes a través de sumarios y cambios de funciones.

Aunque estos problemas no serían lo peor que viviría la ex directora del Servicio Salud Chiloé, sino que en octubre enfrentó quizás a la principal crisis de la salud chilota con las paralizaciones y protestas que llevaron a cabo cinco gremios profesionales del Hospital de Castro y que exigieron su salida como un punto clave para iniciar las conversaciones.

La falta de recursos, equipamiento y problemas para llenar los cargos vacantes tanto de enfermeros como de matronas, así como el mejoramiento de los grados fueron parte de argumentos que esgrimieron los dirigentes, afirmando que se trataba de temas que si no tenían pronta respuesta, incluso podrían generar el cierre de camas y servicios en el principal recinto asistencial de la provincia.

PARAlización

Por cerca de tres meses se mantuvo el conflicto, que se intensificó con la paralización de funciones de los médicos y las renuncias de enfermeros que se extendió por ocho días y obligó a suspensiones de un promedio de mil atenciones de policlínico y 60 cirugías electivas, pero finalmente se superó con la firma de un protocolo con representantes del Ministerio de Salud poco antes de Navidad.

Diciembre también dejó tristeza para los vecinos de Queilen que vieron como en cosa de minutos su añoso Hospital Comunitario quedó inutilizable por un incendio, que provocó daños en el 90 por ciento de su estructura.

Tras el siniestro, la ministra de Salud Helia Molina, llegó a la zona y comprometió un hospital de emergencia, el que se levantará en un terreno del Serviu con sistema modular, mientras que paralelamente continuará el proceso de normalización para iniciar la construcción del nuevo edificio de 5 mil metros cuadrados, el segundo semestre del 2015. J