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Incendio destruye palafito y causa alarma en barrio Lillo

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l Pedro Bárcena González

Su polera azul empapada y teñida por el humo tóxico demostraba el esfuerzo. Hasta sus canas parecían disimuladas por el hollín impregnado al querer salvar sus pertenencias. Sergio Sánchez (57) lo intentó todo para rescatar los recuerdos de su vivienda, incluso hasta arriesgando su vida. Sin embargo, las llamas carcomieron su palafito. Un incendio que pudo generar graves consecuencias en el populoso barrio Lillo de Castro.

El vecino castreño se encontraba alrededor de las 23.30 horas del miércoles con su esposa en casa de amigos. Su hija no los acompañaba, pero tampoco permanecía en su hogar. La construcción palafítica (hoy no sobre el agua) de dos pisos y material ligero se encontraba sola, hasta que en un instante toda la atención se posó sobre ella.

Desde la parte posterior, como un joven del sector lo señaló, "comenzó a salir el fuego, intentamos entrar para avisar, pero no hallamos a nadie". En escasos minutos el incendio se apoderó de la estructura, en especial del segundo nivel y las dependencias interiores.

Como enfatizó Sánchez, los propios conocidos de calle Lillo fueron los encargados de notificarle lo sucedido. "Estábamos con amigos, la casa estaba sola. Al avisarnos salí corriendo y entré al segundo piso, pero ya no había nada que hacer, así que intentamos sacar algunas cosas de abajo", aclaró con su voz entrecortada por el esfuerzo y la tensión.

El afectado no se explica las causas de la emergencia. Como pudo trató de repasar los últimos minutos en que estuvo en su hogar. Nada concuerda. "No dejamos fuegos... por lo menos eso es lo que me acuerdo. La cocina estaba apagada, no sé que pudo pasar, tal vez fue algo eléctrico", reconoció.

Decenas de vecinos salieron en ayuda de los tres damnificados. No solo le prestaron cobijo y guardaron sus pertenencias, sino que a punta de abrazos y compañía recibieron su apoyo. Un respaldo valioso al ver como el inmueble amarillo comenzaba a tomar un lúgubre tono opaco.

despliegue

Hasta el sitio del suceso se constituyeron voluntarios de la Segunda a la Sexta compañías de Bomberos. Más de medio centenar de efectivos se desplegó para evitar que las llamas arrasaran con la estructura. Y los temores eran mayores. El fuerte viento podía avivar el fuego y acabar con las casas cercanas.

De acuerdo a lo señalado por el primer comandante de la institución, Ricardo Altamirano, la premura de las maniobras fue vital.

"Levantamos un cortafuegos por la casa de al lado y realizamos un ataque agresivo en la vivienda afectada, lo que permitió controlar el avance del incendio", apuntó el oficial, explicando que "nos ayudó que no reventó el fuego, lo que podía complicar la situación".

Las labores surtieron efecto. Pero a la hora de analizar el escenario existente en el barrio, el jefe bomberil fue cauteloso, más al analizar la historia reciente en el sector.

"Lo que vivimos fue peligroso, las casas acá están todas pegadas, son antiguas y de material ligero. Además, nos encontramos con un fuerte viento. Ya nos había pasado en las calles Lillo y Pedro Montt, donde hemos perdido varias casas", recalcó Altamirano.

Por instrucción del fiscal Javier Calisto, personal del Laboratorio de Criminalística (Labocar) de Carabineros de Puerto Montt realizó el peritaje para esclarecer las causas que provocaron este incendio que prendió la alerta entre los vecinos del típico barrio Lillo. J

"Al avisarnos salí corriendo y entré al segundo piso, pero ya no había nada que hacer", Sergio Sánchez, afectado.

l También en el sector costanera, pero en Queilen, se produjo en las últimas horas otro incendio que destruyó una vivienda propiedad de Margarita Mansilla, dejando cuatro damnificados.

Como enfatizó el comandante de Bomberos local, Orlando Segovia, "en la cabaña no habían moradores y el fuego se concentró en la zona de la combustión lenta y el hall, existiendo riesgo de propagación por el viento sur que había". 35 voluntarios trabajaron para controlar la emergencia.