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Un voraz incendio se declaró ayer en el pasaje Entel de la ciudad de Quellón que afectó a tres viviendas ubicadas en las cercanías del Liceo Rayen Mapu. Las llamas consumieron una casa completamente, dejando otras dos con serios daños en sus estructuras.

La alarma se dio a las 5.45 horas y concurrieron al lugar Bomberos, Carabineros y personal de Emergencia del municipio, logrando controlar el siniestro antes que se propagara el fuego a más inmuebles aledaños.

Una decena de pobladores resultaron damnificados, los que recibirán, según se informó, la ayuda de la Municipalidad de Quellón para recuperar, en parte, sus pérdidas materiales.

daños

La casa de Juan Uribe, lugar donde se habría iniciado el fuego, resultó totalmente destruida. Al momento de la emergencia la construcción se encontraba sin moradores, lo que resultó providencial a la hora del balance.

Al lugar arribaron en horas de la mañana las hijas del dueño de casa, Daniela y Yohana, quienes recién habían desembarcado de una nave proveniente de Melinka, Aysén, para conmemorar el tercer aniversario del fallecimiento de su hermano Onofre Uribe, hecho acaecido el 1 de marzo de 2012 en el accidente aéreo en las cercanías de Piedra Blanca, en el sur de la Isla Grande.

Según indicó Daniela, "nos enteramos en la barcaza antes de llegar a Quellón del incendio". Agregó muy afectada que "nosotros nos íbamos a quedar estos días acá, en esta casa". Consultada su hermana Yohana por su padre, manifestó que se encuentra en casa de amigos.

Otra de las viviendas afectadas es la que compartían Sergio Márquez, en un sector de la misma, y su hija María, en otro, la que quedó con daños estimados en un 80%.

Esta última indicó que "es muy triste, perdimos todas nuestras cosas. La gente de la municipalidad quedó en ayudarnos. Vamos a ver si podemos instalarnos en el sector que ocupa mi padre por el momento".

Aún impactado, Jonathan Águila, pareja de la vecina, cuenta que "tuve que correr un refrigerador y derribar una muralla para salvar a nuestra hija ".

La misma casa de la familia Márquez había sufrido un fatal incendio el 30 de agosto del 2003, en el cual fallecieron cuatro personas: una madre con tres niños.

El inmueble aparentemente menos afectado fue la propiedad colindante, cuya propietaria es Miriam Haro, la que sufrió daños estimados en el 50% de la estructura.

Entre los restos aún humeantes de las construcciones siniestradas trabajaba ayer un equipo del Cuerpo de Bomberos de Quellón, encabezado por su propio comandante, Eduardo Obando, buscando indicios que pudieran aclarar el origen del fuego.

La autoridad manifestó que "es prematuro dar una causa probable, por eso estamos investigando para descartar o confirmar lo que ocurrió". J