Secciones

Un vistazo a celebridades gringas que nunca debieron acudir al bótox

E-mail Compartir

Esta semana, una noticia enlutó a las celebridades de Hollywood: el médico Fredric Brandt, conocido como "El rey del bótox", fue encontrado sin vida en su casa en Miami.

El profesional fue encontrado colgado de una soga amarilla y con una toalla alrededor del cuello. El Departamento de Policía de Miami ratificó que no hubo participación de terceros. "Podemos confirmar que la muerte fue un suicidio por ahorcamiento. La muerte no es sospechosa", dijo una oficial.

Brandt se hizo conocido entre los famosos norteamericanos por ser uno de los primeros dermatólogos en inyectar bótox a sus pacientes, entre los que se destacaron Madonna y Stephanie Seymour. Desde entonces, esta práctica se convirtió en una de las modas más fuertes que se han visto, en especial entre las celebridades.

Sin embargo, no siempre tienen buenos resultados, como es el caso de varias de ellas. El ejemplo más claro es el de la socialité neoyorquina Jocelyn Wildenstein, quien terminó con su rostro completamente desfigurado por las constantes cirugías e inyecciones que se ha puesto.

Wildenstein es una conocida amante del quirófano, razón por la que fue bautizada como "la mujer gato", en relación con los resultados que dejó el estiramiento sin límites de su cara. Hay otras como Nicole Kidman y Meg Ryan que han tratado de mantener los rostros angelicales con los que se hicieron conocidas, aunque no como lo esperaban.

En el caso de esta última, sus ganas de no tener arrugas la llevaron a obtener no malos, sino que pésimos resultados, tanto así que muchos la han comparado, incluso, con el Guasón, el enemigo de Batman.

Son muchas las celebridades que son conocidas amantes del botox, y que han tenido malas consecuencias con esta práctica. No solamente hablamos de desfiguramiento del rostro, sino también de aquellas que quedaron sin expresiones en él, como es el caso de la ya fallecida comediante Joan Rivers. J