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Isleño arriesga siete años de cárcel por mortal accidente

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pbarcenag@laestrellachiloe.cl

Un golpe doble significan para los responsables los mortales accidentes en que se ven involucrados conocidos dentro de la provincia.

Así lo sufre recientemente un joven castreño imputado por manejar ebrio y provocar el volcamiento que le costó la vida a Juan Pablo Leal (23) en Castro. Por un lado, llora la trágica muerte de su amigo y, por otro, siente en carne propia el peso de estar en la cárcel. Una serie de coletazos emocionales y procesales que se grafica mejor en una causa que ya cerró.

Se trata de un caso que se extendió por 20 meses y que involucró a dos chonchinos que regresaban de realizar faenas de carga. La noche del domingo 8 de septiembre del 2013, cuando circulaban en una camioneta por calle Sargento Candelaria, el conductor de iniciales J.S.A.J. (44) perdió el control del volante para impactar violentamente con otro vehículo estacionado a un costado de la vía.

Producto del choque y tras agonizar un par de horas, falleció Ruperto Antonio Hueicha Huichapani (38), quien viajaba como acompañante y recibió toda la fuerza del golpe. Incluso, como lo relató Rubén Vera, capitán de la Unidad de Rescate de Bomberos de Chonchi, "la persona estaba muy atrapada entre los fierros de la cabina, por lo que debimos realizar maniobras de extricación con herramientas hidráulicas".

audiencia

Desde ese instante comenzó la investigación que derivó en un juicio realizado en el Tribunal Oral en lo Penal de Castro, donde este conductor fue condenado por manejo en estado de ebriedad con resultado de muerte y daños.

Tal como expuso el fiscal Javier Calisto, en la audiencia también "se incluyó la circunstancia agravante de conducir con la licencia suspendida".

Además, el jurista recalcó como argumentos en sus alegatos los informes de alcoholemia, que marcó 2,04 gramos de alcohol por litro de sangre, y de la SIAT sobre la dinámica del accidente y la participación del chofer.

Por estos antecedentes acreditados por la sala presidida por el magistrado Claudio Ayala, el persecutor solicitó 7 años de presidio efectivo contra el isleño, como también sanciones accesorias como una multa de 15 UTM y la inhabilitación de por vida para guiar vehículos motorizados.

En definitiva, un drástico castigo que arriesga el acusado que estuvo un tiempo privado de libertad por la muerte de su amigo, caso por el cual su defensa invoca la colaboración sustancial en carácter de calificada -reconoció que bebió alcohol antes de salir a las labores de carga de unos sacos en la playa-, para intentar rebajar el rigor judicial en el fallo que se entregará este lunes en la misma sala. J