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Explotación sexual infantil: realidad que no siempre queremos ver

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Señor Director:

Promover, proteger y restituir los derechos de niños, niñas y adolescentes vulnerados es la misión fundamental encomendada al Servicio Nacional de Menores desde la ratificación por parte del Estado de Chile de la Convención de los Derechos de la Infancia, hace ya 25 años, una misión que ya se ha demostrado no puede ser responsabilidad de solo una institución, tampoco solo de la institucionalidad, es cada vez más una responsabilidad social, en donde la primera línea de alerta la constituyen la familia y la ciudadanía.

Durante 2014 ingresaron a la Red Sename de la Región de Los Lagos, 6.413 niños, niñas y adolescentes; de ellos, 439 lo hicieron derivados como víctimas de algún tipo de delito de connotación sexual. Cuarenta y uno de estos casos correspondió a explotación sexual comercial, no solo un crimen macabro, sino también una cruel violación a los derechos humanos de las víctimas.

Una realidad dolorosa, pero que empeora aún más si se considera que en la actualidad apenas el 20% de los casos son denunciados a la justicia, es decir, por cada niña o niño que llega a los programas especializados de reparación de Sename, hay cuatro más que siguen siendo explotadas sexualmente, quizás, frente a los propios ojos de quien lee este texto.

No existe un perfil de los abusadores, no pertenecen a una clase social determinada, ni poseen un nivel educacional específico, esta perversión puede surgir en la mente de cualquier persona. Por lo mismo, cuando se acaba de conmemorar un nuevo Día Contra la Explotación Sexual Comercial de Niñas, Niños y Adolescentes, el llamado es a conversar, a estar atentos, a denunciar.

No es correcto que adultos inviten niñas o niños a sus fiestas; no es legal que menores de edad trabajen en recintos de entretención para adultos, en especial si expenden bebidas alcohólicas o se desarrollan actividades de connotación sexual; no está bien que adolescentes mantengan relaciones de pareja con adultos a cambio de dinero, comida o especies de ningún tipo. No está bien que personas adultas sigan creyendo que las niñas son explotadas sexualmente porque a ellas les gusta o porque se acostumbraron de pequeñas. La prostitución infantil no existe, y debemos ser muy claros en esto, existe la explotación sexual comercial de niñas, niños y adolescentes, y este es un crimen del adulto explotador, no de la niña o el niño.

Debemos ser capaces como sociedad de una vez por todas de desnaturalizar este tipo de situaciones, dejar de mirar para el lado o creer que se trata de adultos que solamente quieren ayudar a las niñas explotadas, debemos activar la sensibilidad social frente a estos crímenes y esa sensibilidad radica en todas y todos nosotros. Si sabe de situaciones como estas, denuncie, le salvará la vida a alguien que podría ser su hija, su hijo o quizás sus nietos.