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La Copa América con sabor especial para el Pato Yáñez

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l Rodrigo Arellano Vera

El mítico puntero de la selección chilena, San Luis de Quillota y Colo Colo durante su carrera cumplió varios sueños, incluyendo una Copa Libertadores. Sin embargo, jamás pudo ser campeón de América a nivel de combinado. Por eso para él la Copa de 1991 tuvo un sabor a fracaso.

24 años después, Patricio Yáñez tiene dos anhelos para este torneo, que Chile pueda sumar su primera estrella y volver al Estadio Sausalito, donde tuvo sus primeros acercamientos con el fútbol. Antes de despuntar en San Luis, el "Pato" saltaba las panderetas y esperaba escondido el momento de entrar a la gradería para ver al Everton campeón de 1976.

Volver a la cancha

Este 12 de junio Patricio Yáñez regresará al estadio donde se enamoró del balompié. Las puertas del 'coloso de la laguna' abrirán sus renovadas puertas para una de las leyendas de nuestro fútbol. "Quedó hermoso, espectacular. La verdad es que quedó muy bonito, muy encima de la cancha y el viernes espero conocerlo porque voy por TVN a trabajar hasta allá. De verdad te digo, he visto las fotos e imágenes y espero vivirlo, quiero sentir el Sausalito", señaló a La Estrella.

Entre las diabluras de niño, el Pato nos cuenta uno de sus secretos de infancia. "Yo llegaba temprano, a las 12 del día, por el lado del cerro. Ahí saltaba y nos quedábamos a la espera de poder entrar porque no teníamos plata para ir al estadio. Nos íbamos con un grupo de amigos y así seguimos la campaña del Everton campeón 1976", rememora.

"Me conozco todas las partes de los cerros y sabíamos cómo entrar. Nos llevábamos un sandwich y así se pasaban tardes maravillosas en Sausalito. Será lindo recordar eso en el nuevo escenario", asegura Yáñez.

AMARGURA DEL '91

Sobre el campeonato continental que le tocó jugar en casa, Patricio reflexiona sin esconder la pena de no ser campeón con la Roja.

-Me quedó la sensación de haber fracasado y no haber cumplido el objetivo de llegar a la final, eso es lo que permanentemente conversábamos. Por la generación, por lo que habíamos conseguido con Colo Colo unas semanas atrás, pensamos que podíamos ser campeones.

-Para nosotros sí fue presión en cuanto a la exigencia que había. Pero tal vez fue enfocada en Arturo Salah. Tal como pasaba en los '80 con don Lucho Santibáñez su posición hacía pasar la crítica a la persona. Arturo recibía más y nosotros, la verdad, es que solo vimos pasar la crítica.

-No es una excusa ni mucho menos, pero se concentró la lluvia acá en la zona central y claramente eso afectó a la hora de jugar. Yo siento que sí afectó, porque los que veníamos de Colo Colo teníamos la carga de partidos, viajes y una fatiga que con la lluvia te reducía un porcentaje. No sé si hubiéramos llegado a la final, pero ese detalle nos terminó mermando en algunos partidos.

Con ilusión

¿Se imagina a Pato Yáñez en el esquema de Sampaoli? Acá están los conceptos del ex puntero para una generación que quiere levantar el primer título oficial a nivel de selección. La ilusión es lo último que se pierde.

-En mi época, de pronto se suele criticar lo que se hacía por ser más o menos defensivo. Era un poco la disposición donde tú te parabas en la cancha, si tú revisas por equipo había jugadores muy ofensivos. Nosotros, los que íbamos por los costados, sabíamos que había un "9" o un "10" que llegaba.

-Los cabros de ahora tienen otras obligaciones. Defienden, abren la cancha y tienen que definir. Yo tendría que haberme adaptado porque si no, no jugaba. Así y todo yo extraño un centro delantero. En algún momento fue Caszely, Letelier, Iván Zamorano. Si me preguntas, yo extraño un nueve.

-Para mí los favoritos son Argentina, Brasil, Chile y Colombia. De esos debería salir el campeón. Yo creo que son los equipos que llegan mejor preparados, con respuestas individuales y a nivel grupal. Chile tiene la exigencia de ser local y contar con por lo menos cuatro jugadores a un gran nivel. J

l Una anécdota que ningún jugador olvida es el viaje a Concepción para jugar con Perú. Un duro temporal acompañó el viaje y asustó tanto a los vecinos del norte que la vuelta prefirieron hacerla en tren.

"Es que fue terrible, pos viejo. No fue un viaje para que se cayera el avión, sino que es de esos viajes duros para los pasajeros. Nos tocó justo un centro frontal muy duro y los gritos, rezos y plegarias que se escucharon en ese avión fueron muy fuertes. Fue verdad y nunca olvidé ese viaje, los peruanos de verdad estaban muy asustados y nosotros también la pasamos bien mal", recuerda el Pato.

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