El rojo de la banderas, camisetas y bengalas parecía entibiar las bajas temperaturas de la larga noche del sábado 4 de julio -día que ya pasó a la historia nacional- y ayer domingo por la extensión de las celebraciones por la primera Copa América que gana la selección chilena en los 99 años del torneo de selecciones vigente más antiguo del planeta.

Chiloé no se quedó atrás en los festejos, apasionados como pocas veces en la provincia, reuniendo a grandes y chicos, hombres y mujeres, oriundos y radicados, pobres y ricos en pos de un sentimiento común, inédito para una país que posee una de las selecciones cuya federación se fundó hace nada menos que 120 años.

¿Un exorcismo de nuestras frustraciones? ¿Un derroche de patriotismo? Quizás. Lo cierto es que, como muy pocas veces, chilotes y chilenos en general salieron a las calles a celebrar y gritar para dar rienda a una alegría, tan profunda como los muchos vaivenes y desgracias que nos toca vivir de vez en cuando, pero mucho más imborrable. La Roja de Sampaoli cumple con creces. ¡Muchas gracias! J