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Más unidos para luchar contra la delincuencia

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pbarcenag@laestrellachiloe.cl

Corrían las 14.30 horas del martes pasado y un mal presentimiento intranquilizaba a Fernando Bahamondes. La ola de robos que afecta su barrio, la villa Don Carlos del sector Llau Llao de la comuna de Castro, lo obligó a retornar con su colectivo a su hogar para cerciorarse que estaba a salvo. Y así lo comprobó a esa hora. Volvió a sus labores, sin embargo, 60 minutos después se convirtió en otra víctima.

Al menos 13 casas del complejo habitacional que no tiene más de dos años de existencia han sido atacadas por delincuentes en los últimos meses. El transportista es el afectado más reciente. Y casi siempre, bajo el mismo modus operandi: a plena luz del día entran los ladrones aprovechando las escasas medidas de seguridad del sector.

"El sujeto debe haber ingresado cruzando la malla de alambre. Le dio una patada a la puerta principal para entrar y se llevó dos televisores de 32 pulgadas, entre otras especies", acota el padre de familia, indicando la zona por la que presume entró el desconocido.

Hasta el momento, como en todos los otros casos, las pistas son escasas. Nadie vio el accionar de los responsables, quienes aprovechan la soledad de los inmuebles durante las tardes de los días hábiles, puesto que los moradores se encuentran trabajando.

Esta situación ha generado preocupación en los vecinos, quienes no dudaron en organizarse para salir al paso de esta escalada delictiva. Se sienten vulnerables, no cuentan con buena iluminación en la vía pública y menos cierres perimetrales para, por lo menos, poner una primera barrera para los antisociales.

ORGANIZADOS

Uno de los primeros pasos realizados fue conformar una directiva. Pese a no constituirse como junta de vecinos o comité, los pobladores están conscientes que deben afrontar la problemática con unidad. Su presidente, Eduardo Mansilla, enfatiza que todos están alarmados por esta seguidilla de atracos y que necesitan mayor seguridad.

Junto con reconocer que ha sido de los pocos que se ha salvado de los robos, el dirigente expresa que los hampones "tienen varios puntos de ingreso a la villa, los cuales están desprotegidos. Aprovechan la falta de luminarias y varias salidas para atacar rápido".

Incluso, el joven logró detectar la presencia de un sospechoso y salió en su persecución. No obstante, este alcanzó a huir por un sector periférico contiguo al conjunto habitacional. Este individuo estaría plenamente identificado y sus antecedentes han sido notificados a las policías.

Este caso sirvió para poner a prueba otra alternativa que diseñaron los vecinos para organizarse. Crearon un grupo whatsapp para informarse de cualquier eventualidad que ocurra en el barrio y que ponga en riesgo sus hogares.

El mismo líder vecinal destaca que "al percatarme de la presencia del sujeto sospechoso, escribí al whatsapp para dar cuenta de esto y solicitar apoyo de otros vecinos".

Literalmente, los pobladores están "saltones". Y no puede ser de otra forma. La tranquilidad de sus familias está en juego y no encuentran respuestas para detener esta secuencia de delitos.

grupo

Como describe Patricia Barrera, por estos ilícitos se creó este grupo de comunicación que los mantiene conectados y alertas ante cualquier avanzada de desconocidos.

"Se ha visto a gente merodear por el sector. Igual es difícil porque casi todos trabajan, pero igual algunos nos quedamos acá y nos hemos dado cuenta que pasan tipos mirando las casas", indica la pobladora con su hijita en brazos, mientras recorre y muestra los puntos de mayor inseguridad del sector.

Mientras los vecinos comentan su problema e identifican los sectores más vulnerables, se suman otros que también se encuentran afligidos por esta situación. Existe un halo de preocupación evidente en el ambiente. No están serenos y lo que es peor, no cuentan con el respaldo necesario para hacer frente a este flagelo.

En uno de los ataques más fieros, los ladrones se pasearon por tres casas ubicadas en la parte posterior de la villa.

Como recuerda César Raín, quien vive a un costado de estas viviendas violentadas, "los sujetos entraron de día cuando las casas están solas. Pasan por sectores que no cuenta con reja o portón o cierre perimetral y casi siempre buscan electrodomésticos, joyas, dinero o especies que son fácil de reducir".

Los pobladores reclaman porque existen zonas que no están urbanizadas. Lo que serían áreas verdes se constituyen en peladeros y terreno ideal para los delincuentes para eludir cualquier captura. Insisten en la falta de iluminación y los deficientes cierres que creían poder tener para sentirse más resguardados.

Todos estos factores se han conjugado en desmedro de la seguridad de la villa. Y bien lo puede decir Luis Ruiz, quien ya ha sufrido dos robos en su casa.

"Estamos molestos y preocupados por todo esto", comenta el vecino, detallando que la forma de operar de los delincuentes es la misma, forzando los accesos. En su casa, violentaron ventanas para acceder por la cocina.

Su polola, Marcela Saldivia, manifiesta que "se llevaron en el último hecho un televisor un notebook y joyas". Y como de costumbre, no existen las instancias para recuperar los artículos de valor y menos para dar con el paradero de los responsables. Solo se recogen algunas evidencias y siempre por el apoyo de los mismos vecinos. "Encontramos el control remoto tirado en una pampa al lado de la casa y una tele estaba oculta en otra vivienda de al lado", recuerda Eduardo Mansilla.

Otro agente de preocupación para los afectados es la escasa efectividad y vigilancia policial que existe. Aunque reconocen que existen patrullajes, "estos se realizan mayormente de noche, pero los robos son de día", apuntan. Por ello, esperan potenciar los acercamientos con las instituciones de orden y seguridad para afrontar estos problemas.

Luis Ruiz no duda en señalar que están "aburridos" con todo lo que les afecta. Agrega que "Carabineros y la PDI (Policía de Investigaciones) ha llegado a levantar huellas y alguna otra pista, pero no llegan a nada. No se ha resuelto ningún caso y seguimos esperando".

DESPLIEGUE

Este fenómeno se encuentra en conocimiento de Carabineros. Como asevera el subcomisario de los servicios de la Segunda Comisaría de Castro, capitán Esteban Escobar, existen denuncias por los robos a estos inmuebles lo que ha derivado en la disposición de una serie de operativos policiales en el sector.

"Se han diseñado los servicios para mitigar esta situación, focalizando patrullajes con la información georreferenciada que se ha reunido", aclara el oficial.

Asimismo, el uniformado asegura que se establecieron rondas preventivas en el sector y que espera seguir fortaleciendo el contacto con la comunidad para obtener los antecedentes que permitan esclarecer los robos y poder frenarlos.

"Son muy importantes las denuncias, ya que con estos antecedentes orientamos nuestros servicios. En base a estadísticas podemos estructurar nuestra labor", finaliza el capitán.

Existe la intención de atacar la problemática. Por lo menos, se conoce el tema y se han diseñado algunos dispositivos. Lo que es cierto, no han arrojado resultados positivos y la comunidad lo siente.

Los vecinos no quieren estar solos en esta compleja tarea de combatir la delincuencia que ataca y acecha sus hogares. Requieren apoyo y exigen seguridad. J