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Niñas acusan a su tío de seis años de reiterados ultrajes

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Pedro Bárcena González

Colocando en la balanza judicial, testimonios y afectación contra precisión y duda razonable, se realiza en el Tribunal Oral en lo Penal de Castro el juicio contra un obrero sindicado como el responsable de seis años de constantes ultrajes hacia sus sobrinas. Un caso por el que arriesga hasta 15 años de cárcel.

El sujeto de iniciales H.H.D.H. (57) enfrenta en libertad los cargos por el delito de abuso sexual infantil en carácter de reiterado, en perjuicio de dos menores. En los momentos en que visitaba a su familia castreña habría perpetrado las tocaciones, tal como lo enfatizan los acusadores. Incluso, aseveran, estas agresiones se habrían extendido más allá del domicilio de las víctimas.

DAÑO

Tal como expresó el fiscal Enrique Canales, quien instruyó las diligencias de la causa, los hechos se produjeron entre los años 2007 y 2008, en los instantes en que el trabajador proveniente de Valparaíso se quedaba solo con las pequeñas. Una serie de ataques que aún arrastra severas huellas emocionales en las víctimas.

"Se buscó no llevar a las niñas a juicio oral por la revictimización de enfrentar este proceso", aclaró en sus alegatos el persecutor, como una muestra del daño sicológico que ambas sufrieron y por el cual debieron someterse a tratamiento de reparación en el Centro Integral Millantuy.

Justamente, los efectos de esta pesadilla serán una de las claves para acreditar el ilícito. La declaración de las menores, a través de circuito cerrado de televisión y por medio de un biombo en estrado, "permitirán corroborar la dinámica de los hechos constitutivos de delito", afirmó el jurista, quien calificó los antecedentes vertidos por las afectadas como "categóricos".

Mientras el Ministerio Público solicitó 10 años de presidio, sin invocar circunstancias modificatorias de responsabilidad penal, el querellante fue más allá. No solo pidió una pena más alta, 15 años de reclusión, sino que asegura que concurren dos agravantes dentro de un caso que rompió por completo a la familia.

"Estos hechos gatillaron toda una catarsis en el núcleo familiar, ya que otros parientes reconocen otras agresiones de parte del imputado que actuó impunemente", indicó Milton Cuevas, quien también buscará demostrar que el daño sufrido es meritorio como para acreditar el hecho punible y extender al máximo la sanción contra el acusado.

"La afectación no se puede borrar, más allá que las menores no puedan recordar con exactitud fechas sobre las agresiones. Hay pruebas claras de este daño. Se acreditará el delito", resaltó el abogado, instando por una sanción ejemplificadora.

EPISODIOS

En el detalle presentado por el querellante, identifica cinco episodios de tocaciones de connotación sexual, desde el 2004 hasta el 2010. Los primeros contra una de las menores y desde que tenía apenas 8 años. Una serie de ataques que no solo se concentró en su casa en la capital chilota, sino también en medio de un paseo y en la vivienda del imputado, en Valparaíso.

La seguidilla final se habría concentrado entre 2009-2010, cuando la otra víctima tenía solamente cinco años.

Por su parte, el defensor Filippo Corvalán invocó la absolución para su representado, justificando su postura en que "los acusadores no podrán aclarar si esta persona residía en estas fechas indeterminadas en la casa de las víctimas. Tampoco se podrán corroborar los hechos abusivos".

Bajo este contexto, el profesional ahondó en la certeza de fechas que no se podrán determinar, por lo cual quedaría establecida la duda razonable sobre la autoría en estos hechos de parte del obrero,

El juicio que comenzó ayer con los alegatos de apertura y el testimonio de las víctimas continúa esta jornada con el resto de la prueba, entre ella la pericial vía video conferencia de dos sicólogos de parte del querellante. J

"Se buscó no llevar a las niñas a juicio oral por la revictimización de enfrentar este proceso", Enrique Canales, fiscal de la causa.

La inconsistencia es la palabra clave dentro de la tesis de la defensa. Como señaló Filippo Corvalán, no será posible establecer fechas claras, "más dentro de un trabajo policial escueto", aclaró. Agregó que no solo las afectadas no podrán estratificar estos momentos, "los adultos tampoco darán fechas precisas".

Otro punto que recalcó fue sobre los primeros hechos de la acusación, presuntamente ocurridos el 2004. "En ese instante existía el antiguo marco legal, donde estos hechos se castigan como simples delito", afirmó, agregando que de imponerse esta norma, "los hechos estarían prescritos".