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Cai Cai, la serpiente que crece en rugby femenino

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Pedro.Barcena@laestrellachiloe.cl

Partieron por curiosidad. Muy pocas conocían de lo que se trataba el rugby. Otras tenían amigos que lo practicaban y se interesaron. Pese al temor a la rudeza de la disciplina, aperraron. Y con todas sus letras. No existe temporal que las detenga y el barro ya es parte de sus vidas. Por ello, hoy pueden decir que forman parte de un referente en este deporte en el sur del país. Sí, porque las chicas del Cai Cai Rugby Club de Quellón son de temer.

Con entusiasmo y pasión alimentan sus deseos de triunfo. Y no solo desde las esferas netamente deportivas, sino como una verdadera experiencia de vida. La unidad es su lema y la grafican en todo instante. Incluso, aprovechan cada minuto para fomentar este sentimiento. No dudan en acompañar al equipo de varones en sus viajes, lo apoyan sin importar que la lluvia arrecie y a la vez aprenden de sus movimientos. Todo esto forjando el compañerismo, siempre juntas.

Esta forma de vivir el rugby las ha llevado a conseguir resultados. Vienen de ganar la segunda fecha del circuito interregional de la Asociación de Rugby del Sur en Río Bueno, lo mismo que hicieron en Puerto Montt y están ad portas de enfrentar la tercera jornada ARUS en Temuco. Una cosecha que se logra con años de dedicación, desde la génesis del plantel.

inicios

Así lo recuerda una de las fundadoras de la rama. Yessenia Oyarzún, con apenas 20 años es una de las más "veteranas", al conformar la primera camada de Cai Cai a mediados del 2012. "Con la formación del equipo masculino una chica, Pamela Alarcón, era la única mujer que practicaba con ellos. Por ello empezó a buscar a chicas en los liceos y empezamos a motivarnos e ingresamos", aclara.

La joven no conocía el rugby, el baile era su pasión de entonces, pero superó los prejuicios y dio rienda suelta a este furtivo interés por conocer la disciplina. "Me dio curiosidad y entré al equipo. Al principio me dio miedo, porque eran súper brutas, pero después jugando me di cuenta que era muy entretenido", recalca.

Pese a tener una contextura pequeña, esta wing se las arregló para ser parte del plantel, que en sus albores llegó a congregar a más de 25 entusiastas quelloninas. Una experiencia que califica más que "positiva", en especial por los valores que trascienden a los tacles. "Es un deporte súper leal y todas nos volvemos más unidas cada día", asegura.

También de las primeras en ingresar a la institución y motivada por el mismo "bichito", Almendra Raín (17) respira rugby. En su tiempo libre no solo aprovecha de empaparse de los mejores jugadores por televisión, sino que se las arregla hasta para arbitrar partidos de varones.

A diferencia de su compañera Yessenia, esta adolescente destaca por su imponente físico. Juega de pilar. No podía ser de otra forma. Es una de las más fuertes del equipo, aunque su sonrisa liviana y cariñosa personalidad afloran sin problemas.

Como expresa, "tres meses después de la formación del club ingresé por el apoyo de amigos. Como estaba de moda un día fui a ver y las chicas fueron muy cariñosas y me invitaron y el martes siguiente me puse mi ropa y fui a entrenar".

Tampoco tenía mayores nociones de esta disciplina, pero con talento aprendió muy rápido, como todas, pese al escaso roce que existe en la provincia, puesto que Cai Cai es el único equipo formalmente instaurado en la Isla y que participa en torneos, siempre en el continente.

"No tenemos mucha competencia, tenemos que salir siempre", reconoce Almendra, sumando que a pesar de la falta de exigencia a nivel local se las arreglan para ganar, como sucedió ante Nawel y Osas de Puerto Montt, Baguales de Osorno y Calafate de Temuco, "equipos con jugadoras de gran experiencia pero que les ganamos en el último torneo en que participamos", acota.

barreras

La ausencia de rivales en el Archipiélago es una de las dificultades que han debido sortear estas muchachas del sur de la provincia. Así lo enfatiza Rocío Solís (21), quien se formó en Cai Cai, pero que por tema de estudios hace cuatro meses integra el plantel de Nawel en la capital regional.

La joven expresa que "existe poca competencia en Chiloé, aunque ahora se están formando Los Linces en Castro. Esperamos que se haga más masivo el deporte".

Más allá de esta tónica, la estudiante reconoce el nivel de sus excompañeras, siendo su enorme entrega la principal herramienta para estos logros.

"Aunque llueve, truene y exista tremendo temporal ellas entrenan igual. Tienen mucho potencial, son grandes jugadoras, deberían potenciarlas harto. Pese a que no existe mucho apoyo igual se las ingenian y van a los campeonatos y ponen la cara por Quellón y casi siempre salen campeonas", asegura la pilar, quien no duda en señalar que Cai Cai "es la cuna del rugby que una tiene, así que siempre estoy cercana al club".

Dos de las más novatas, pero no por ello menos entusiastas, son Paulina Oyarzo (15) y Belén Cosme (16), quienes se integraron por una invitación a las huestes del club, siendo este el primer deporte que practican. Y no piensan abandonarlo.

La menor de ellas, que se desempeña como pilar, confiesa que los entrenamientos "son muy duros", pero que "valen la pena", principalmente porque forjan personalidad. "Ves que una persona es mejor que tú y tratas de mejorarte hasta que salga lo que quieras", apunta casi como premisa, agregando que le encantan los tacles.

En tanto, su compañera que también se ubica dentro de las posiciones de los fowards, trata de explicar y desechar de plano uno de los estigmas del rugby femenino. "Se dice que es un deporte de brutos, pero no es así. En el momento de verlo o practicarlo no es lo mismo", afirma.

Tanto novatas como experimentadas coinciden. No le temen al rigor del tiempo, tampoco eluden la fricción, no les importa el barro o las incomodidades y aprenden casi sin límites. Les costó encontrar su pasión deportiva, pero ya la tienen. Y lo que es mejor la cultivan cada día.

entrenador

Por eso, más que contento se encuentra el entrenador de estas jóvenes. Es más, Antonio Ruiz no duda en indicar que "ellas me ensañan más a mí en cada práctica con toda la dedicación que le ponen".

Hace dos años que este también jugador del elenco masculino de Cai Cai comanda a las chicas, ya sea en el seven -lo que más practican- como en rugby quince. Una experiencia que califica como "buenísima" y que lo ha marcado como persona.

El deté tiene plena confianza en sus pupilas y considera que no tienen techo en su progresión. Es más, comenta que "donde vamos nos han dicho que tenemos personas preparadas para la selección chilena". Y con esa meta se despliegan cada jornada.

No obstante, para conseguir esos objetivos deben bregar contra la marea. Una corriente que en Chiloé se vuelve más fuerte y compleja que en otros lugares del país.

"Es complicado no tener más equipos en la provincia. Tenemos que salir, lo más cercano es Puerto Montt y es harto el gasto en traslado, estadía y alimentación, más si casi todas son menores de edad sin recursos", manifiesta el adiestrador.

Asimismo, añade que el municipio quellonino los está apoyando y que los padres de las jugadoras se están integrando más en busca de respaldo en negocios y empresas locales. Pero todo es escaso y se las deben arreglar casi solos.

"Esperamos recibir más apoyo... así lo vemos a todo nivel en el país, intentamos hacerlo bien para traer buenos resultados a nuestra comuna y Chiloé", se justifica a base de los resultados que obtienen para conseguir la ayuda necesaria que les permita dar el salto a las principales esferas del rugby, porque el talento y las ganas están.

Y el "profe" lo dice sin complejos: "Estamos orgullosos del equipo". No puede ser de otra forma, primordialmente, como sentencia, "porque estamos dejando bien puesto el nombre de la provincia". J