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Salas: "Hay un compromiso de Gobierno por nuestro muelle"

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Ricardo Mundaca I.

Hablar con Marco Salas, presidente del Sindicato de Pescadores N°1 de Quellón, dirigente nacional de la Conapach y de Prodelmar, representante regional de los bentónicos, entre otros cargos que desempeña, es abrir una caja de sorpresas. La imagen de dirigente combativo de la pesca artesanal la complementa una sensibilidad cuando, didácticamente, explica su tema sindical y sus andanzas en la mar.

Fogueado por luchas y por el clima sureño que ha endurecido su piel pero no su corazón, con 50 años, este pescador, buzo, vocero sindical, marido, "padre de varios hijos y abuelo de otros tantos", como él mismo dice, pasa sus días entre las aguas y sus deberes como líder de hombres de mar. Posee, además, la Jessica Andrea y la Jeannette Alejandra.

Marco Antonio Salas Biolley nació en Santiago, pero creció en Queule, en la Región de La Araucanía. Su infancia transcurre allí y sobre esos años comenta que "aprendí a nadar en el río, a sacar choritos, bucear, destripar corvinas cuando llegaban los botes y pescar robalos en la Punta San Pedro".

Llegó a Quellón a fines de los '80 a trabajar en un supermercado. "A la hora de almuerzo iba al muelle y conocí a unos descargadores. Me hice amigo de unos compradores de almejas y empecé a trabajar después de las 5, cargando almejas", comparte y prosigue: "Me quedé cargando camiones con una cuadrilla que teníamos. Una tarde vi saltar salmones y me llamó la atención. Pregunté de dónde salían y me dijeron que se arrancaban de unas jaulas. Compré una lienza, como cuando era niño, y me fui en un bote a la hora de almuerzo a pescar salmones".

En ese momento, rememora, fue que le "picó el bichito" de la pesca nuevamente. Compró su primer bote a remos de 4 metros, renunció al supermercado, luego uno de 8 metros, aprendió a bucear, de ahí a uno de motor, y de eso ya han pasado tres décadas en la pesca. Sueño cumplido.

Su incursión al tema sindical fue por una experiencia hace más de dos décadas, a raíz de la cual se interiorizó en aspectos legales y reglamentarios. Evoca: "un día llego al muelle y no estaba mi lancha. La habían soltado. Le pregunté a los marinos por qué habían soltado la lancha y por qué no habían soltado las lanchas bacaladeras de 18 metros que estaban al lado. Un marino me dijo 'con esas me puedo meter en un forro', a lo que le dije '¿y con nosotros no?' Me fui a hablar con el capitán de puerto para que me mostrara en qué parte del reglamento decía que podían soltar las lanchas menores y las grandes no".

Salas añade que "me aprendí el reglamento, donde señala que todas las embarcaciones a la puesta de sol que no tengan nada que hacer tienen que irse a la gira. Todas. No dice que se tienen que quedar las más grandes. Le dije al capitán que esperaba fuera la última vez que nos soltaran a nosotros y si lo iban a hacer que sea a todas".

Ese reclamo de justicia marcó lo que sería su vida sindical. Confiesa que "de ahí me nació el espíritu de la dirigencia. La única forma que conocía para que no nos pasen a llevar es sabiendo, leyendo los reglamentos. Así formamos el 7 de diciembre de 1991 el sindicato con 53 socios. Así empecé mi vida de dirigente".

faltante

-Lo que estamos peleando hace muchos años, y que es mi sueño, es la infraestructura portuaria. Hay un compromiso de gobierno para tener nuestro muelle como corresponda, con certificación para tener los requerimientos establecidos. Que las empresas que trabajan en el puerto tengan sus comodidades. Los compradores que tengan los servicios que merecen tener y que los trabajadores del puerto, los descargadores, tengan un lugar adecuado para trabajar.

-Venimos hace un tiempo hablando de agregarle valor a los productos. Queremos desarrollar microempresas familiares artesanales, en donde el cuidado de los recursos vaya de la mano a la rentabilidad. Ese es un desafío que siempre hemos tenido los pescadores artesanales.

-En los '90 se pusieron nuevas exigencias laborales. Los muchachos no tenían las posibilidades que hay ahora de estudiar y en Quellón algunos salían a trabajar con sexto básico. En ese momento hay un acuerdo de tomar los últimos exámenes de buceo artesanal y se cierra. Esas generaciones son pescadores artesanales y nunca han podido sacar la tarjeta, por el tema de la educación, por el examen. El 2013 insistimos con la autoridad marítima y se hizo una normativa reglamentaria para permitir que a los pescadores artesanales sin educación se les entregara capacitación para sacar la tarjeta y poder trabajar. Fue un logro.

-Hemos llevado adelante con Conapach (Confederación Nacional de Pescadores Artesanales de Chile) el tema de ley y reglamento, insistimos con el ministro para tener una ley bentónica para nosotros los buzos. Quellón tiene el 90% de la gente que trabaja en el tema bentónico y la ley se hizo para los peces. Hicimos más de 10 indicaciones que logramos introducir pero quedaron muchas por corregir. Hay que darle la seguridad a la gente, de crear una ley para nosotros, para que cuando haya conflicto con los peces no tengamos que hacer nosotros una presión con el Estado para solucionar un problema. Mejorar hoy, lo que ocurrió cuando les estaban pidiendo a nuestros colegas que renunciaran a sus pesquerías de peces si no colocaban el posicionador satelital. Los que trabajamos el tema bentónico estamos claros, por ley, que no necesitamos el posicionador. J