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Con el objetivo de brindar a los niños un espacio que promueva el conocimiento del cuerpo y sus distintas posibilidades y en donde se favorezca y valore la exploración y creatividad, el Liceo Manuel Jesús Andrade Bórquez de Chonchi dispuso para la comunidad escolar de una sala de sicomotricidad.
La iniciativa, pionera en un recinto educativo municipal de la Isla Grande, está a cargo del profesor de educación física Juan Pablo Luna y favorece a educandos de primero a quinto años básicos del plantel.
"Este proyecto está enfocado directamente al desarrollo del niño, todas las experiencias que el menor puede realizar en esta sala le sirven para potenciar los movimientos que ya tiene adquiridos, más otros que puede aprender con estos materiales", explicó el maestro.
La fuente indicó además que este taller busca que el niño viva con placer las acciones que desarrolla durante el juego libre y la música. "En esta sala se proponen actividades, no se impone nada, aquí se busca explorar las potencialidades del escolar a través de juegos, que hagan sus construcciones y que se relacionen con los objetos y entre ellos mismos", agregó el profesional.
Al respecto, Verónica Gumucio, encargada de educación extraescolar del establecimiento, añadió que "este proyecto dio sus frutos porque consideramos que era pertinente implementarlo como taller a nuestros alumnos más pequeños, para ello habilitamos una sala especial para ello, la cual tuvo un costo de cerca del millón y medio de pesos, financiada a través de recursos de la Ley SEP (Subvención Escolar Preferencial)".
Por su parte, Iñaki Cenitagoya, secretario general de la Corporación Municipal de Educación, Salud y Atención del Menor de Chonchi, afirmó que "lo importante de esta sala es que abarcará a niños de básica no solo a los de educación inicial que son por lo general los principales beneficiarios, para que desarrollen sus habilidades a través de la interacción con los objetivos y desarrollen su sensibilidad".
BENEFICIARIOS
Al respecto, los usuarios del taller manifestaron que la pasan bien jugando con sus pares en un espacio lleno de colores.
"Me gusta venir acá porque podemos construir distintas cosas y después las desarmamos y lo mejor es que los pasamos súper bien", indicó la alumna de segundo básico Millaray Velásquez.
Una opinión similar sostuvo su compañero Juan Elgueta, quien señaló que, entre otras cosas, le gusta jugar con las telas. "Es muy divertido porque compartimos con los amigos, jugamos y creamos puentes y casas con los bloques", concluyó. J