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Maestro en cancagua: "Chiloé tiene una mitología activa"

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César Cárdenas Ruiz

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El escultor creció en la ciudad de Quellón, pero a los 5 años, por el trabajo de su padre, se trasladó hasta Ancud. En esta comuna se radicó y echó raíces. Su formación académica la inició en la Escuela Anexa y la concluyó en el antiguo recinto del Colegio Seminario Conciliar, en la Plaza de Armas. En sus primeros años en la ciudad del Pudeto, Gallardo efectuó diversas ocupaciones de baja remuneración para poder mantener su hogar.

"Trabajaba en una empresa en la que ganaba un sueldo miserable, me hicieron un favor al despedirme", recuerda.

El "artista silencioso", como se autodenomina, señala que el arte de la piedra cancagua estuvo presente desde su niñez, esperando aflorar algún día. Fue así como el camino recorrido y su madurez empezaron a vislumbrar tímidamente su veta artística. A través del cincel y la roca, con la cual crea una gran diversidad de esculturas, le dio vida nuevamente a este arte ancestral, cuya materia prima de origen volcánico se encuentra presente en muchas playas del norte de la Isla Grande de Chiloé.

Aunque para este destacado artista esto empezó como un hobbie, a medida que pasó el tiempo esta actividad se fue transformando en el sustento de su familia y en un verdadero estilo de vida.

Así, finalmente se consagró con obras de figuras mitológicas del Archipiélago que hoy son parte del patrimonio cultural isleño, como las piezas que integran la Plaza de Armas de Ancud. Con su particular punto de vista, este chilote se muestra totalmente agradecido de quienes lo han respaldado en su meteórica carrera.

Este artista visual esculpe sus vivencias día a día, y los ancuditanos y turistas lo pueden ver diariamente en la entrada de la Casa de la Cultura, lugar que ocupa como su taller.

-De niño me gustó; hasta la palabra cancagua, como lo he dicho, me encanta: darle forma a las piedras sin valor que uno las encuentra en la calle tiradas, donde uno va hay rocas, estas son un potencial enorme para la imaginación, para plasmar la mitología. Hay que meterle empeño, buenas herramientas y hartas ganas, y ahí salen las figuras que están prisioneras en esas piedras que hay que liberarlas, esa es la idea que tengo y he tenido siempre. De las piedras uno puede vivir, como vivo hasta la fecha; hace cinco años yo vivo de esto y vivo bien.

-Es un gran orgullo viejo, un gran orgullo que mi plaza, en esta plaza que yo pololeé, me enamoré, me "botaron" igual, yo la vi de otra forma, ahora se transformó y en esa transformación participé yo. Es un tremendo honor y yo se lo dedico a todos esos amigos que ya no están, a todos esos amigos que ya no están en este mundo, y los que aún están, se lo dedico a todos esos amigos que en esos tiempos nos conocimos en la plaza; ahora yo soy viejo pero sigo teniendo amigos en la plaza.

-Ad honorem, en mi medida y capacidad de comunicación que tengo con la gente podría decirse que sí, porque me gusta atender a la gente que viene de afuera, me gusta que conozcan como es realmente Chiloé, algo más íntimo, sobre todo en este invierno en que ha llegado mucha gente, y a esa gente le ha gustado Chiloé como es, con lluvia, con viento, con temporal. Van a mirar al muelle.

-Hay una palabra que me dijo una amiga, una amiga arquitecta que hizo la Plaza de Armas, me dijo "actitud". En la actitud está todo; eso le recomendaría a los cabros jóvenes, actitud y que se lo crean: si tienen una habilidad para hacer algo con piedras o hacer en madera algo o dibujar, que se atrevan.

-Yo acabo de terminar un taller financiado por el Fondart, fui monitor en un taller de piedra cancagua, tuve algunos alumnos, tengo las figuras guardadas, y vamos a hacer una pequeña muestra el otro mes posiblemente, y de ahí tengo un proyecto, estoy postulando a un FIC (Fondo de Iniciativa Cultural) de la Corporación Cultural de Ancud, quiero donar una figura, que la Casa de la Cultura disponga a quien donar ese Trauco, o lo que haga mitológico, con esa plata que quiero sacar de ahí.

-Yo le ofrezco al turista, porque me doy cuenta, me fijo lo que saborean, aquí Chiloé es mitológico. Chiloé tiene una mitología activa, Chiloé cree su mitología, yo no digo que he visto al Trauco, pero sí he experimentado cosas extrañas en mi vida y he escuchado cosas muy extrañas. Que la mitología existe, aquí hay algo distinto, esta isla es mágica y a eso debe venir el turista. J