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Mesa Comunal de Artesanos de Castro trabaja por rescatar un oficio y dejar un legado

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maria.nunez@laestrellachiloe.cl

La artesanía chilota es, sin duda, uno de los referentes identitarios más característicos del Archipiélago de Chiloé. Se trata de la obra de hombres y mujeres herederos de una rica tradición ancestral, cuyas creaciones en lana y madera rescatan y empoderan la cultura insular como única en el territorio chileno y del mundo.

Una de las agrupaciones embajadoras de esta tradición es la que forman las y los integrantes de la Mesa Comunal de Artesanía de Castro A.G, compuesta mayoritariamente por mujeres y por solamente tres varones; colectivo que ha buscado por medio de sus trabajos relevar las antiguas usanzas, rescatando, entre otros, la esquila a tijera, el hilado, el teñido en fibra vegetal y el tejido, labores que aún son posibles encontrar, por ejemplo, en los campos del Archipiélago.

Al respecto, Marcela Hurtado, presidenta de la agrupación, explica que esta asociación nació en el 2006, pero que recién el 2010 se formalizó y que entre los objetivos que persigue está potenciar la artesanía con identidad, es decir, que quien vea o compre uno de sus tejidos reconozca en él la dilatada tradición de la textilería, o bien, aprecie los productos con madera nativa de la zona y las innovaciones gourmet derivadas de la miel.

"Este grupo de personas remamos todas para el mismo lado, tenemos un pensamiento similar y nuestro tema de la artesanía no solo pasa por la comercialización. Nuestro norte no solo es hacer productos para vender, sino dejar una huella porque el artesano dentro de la sociedad tiene un rol muy importante, pues viene con esa esencia de creación desde nacimiento. Aquí no competimos entre nosotros, cada quien va innovando en sus productos pero sin perder la esencia de lo que es la identidad y eso es lo que nosotros hemos logrado instaurar", declara la cultora.

Agrega la timonel que "queremos dejar un referente, aunque muchos dicen '¿qué podemos hacer si ya está todo hecho?' Pero no es así. Si somos de acá hay que querer lo que es nuestro (territorio), pues lamentablemente muchos no lo hacen, es cosa de ver que algunos mezclan en sus tejidos lanas de otras partes. Aquí hacemos todo el proceso para obtener el producto, las que sabían teñir enseñaron al resto, como así también las que sabían hilar o tejer a palillo redondo, en fin, somos una cooperativa".

Las creaciones artesanales de estos vecinos comienzan, en el caso de las piezas textiles, desde la esquila a tijera a las ovejas que algunos de ellos crían, obteniéndose de esa forma el vellón, el cual se escarmena e hila más tarde con el tradicional huso de madera que gira en el suelo y una tortera. Luego viene el teñido con fibras vegetales extraídas del bosque como raíces, cortezas de árboles y hojas como canelo, laurel y maqui, lo cual implica un proceso artesanal exclusivo para la obtención de colores. También algunos de los creadores utilizan la anilina para obtener otros colores.

Tras culminar este proceso, la lana se ovilla y comienza el tejido que dará vida a piezas únicas elaboradas por estas emprendedoras de la zona, entre las que destacan muñecas, piezas de abrigo y tejidos a telar. Innovaciones a los que se suman productos a base de reciclado de madera y productos gourmet de miel.

Esquila

Elba Pérez es una de las integrantes más antiguas de la agrupación y quien esquila a sus ovejas a tijera, hace los vellones de lana e hila la lana que luego dará forma a exclusivas prendas.

"La esquila a tijera me lo enseñó mi mamá, con ella aprendí a tejer frazadas chilotas, a los 12 años ya hilaba y tejía en mi sector que es Butalcura. Yo hago todo el proceso desde cuidar a la ovejita, la cual hay que crecerla y ahí se va esquilando todos los años, lo que nos da trabajo siempre. Lo importante es que lo que sé hacer se lo he podido enseñar a estas chiquillas y de esa forma uno contribuye con un grano de arena a rescatar estos oficios antiguos que se están perdiendo y que la gente joven se interese es maravilloso", acota la dueña de casa.

Por su parte, la joven Cintia Miranda relata que ella junto a otras compañeras es la encargada de la coloración de esta fibra animal. "Cuando vamos a teñir nos reunimos todas en una de las casas de las socias, tenemos nuestras ollitas para ello, hervimos el agua, cada una tiene sus tinturas con las porciones indicadas para cada hilado, otras tiñen en fibra vegetal y juntas vamos viendo los colores, también hacemos mezclas para innovar, luego sacamos nuestras lanas, las secamos a cierta temperatura, detalles que hacen que nuestros productos sean de calidad. La lana que trabajamos es suave, la cual la trabajamos harto para que no pique al roce de la piel", subraya.

Proyecciones

Entre los proyectos que quieren consolidar la Mesa Comunal de Artesanos de Castro A.G. figuran la instauración del Día del Gorro de Lana, el cual se celebró con el éxito por primera vez el pasado 30 de julio con una exposición en el Centro de Información Turística de Castro; invitar a participar de su agrupación a artesanos de las islas de Chiloé que por la misma lejanía geográfica en que están insertos su trabajo nunca ha sido destacado, y potenciar las giras con identidad de estudiantes de otras latitudes para que conozcan las labores del artesano.

Lo último comenzó el año pasado con las venidas de delegaciones de Santiago, entre otros del Colegio Nido de Águilas, cuyo valor agregado es que estos jóvenes puedan compartir con sus símiles de una escuela rural de la zona. J