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Isleños relatan su experiencia en la zona del terremoto 8,4°

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M. Eugenia Núñez G.

"El alcalde de Coquimbo (Cristian Galleguillos) acababa de terminar el discurso que daba por inaugurada La Pampilla, se iba a cortar la cinta cuando comenzó a moverse el piso muy fuerte, fueron momentos muy complicados. Luego vinieron más réplicas, la gente se desesperó y empezó a salir de la carpa donde se realizaba el acto en forma apresurada", relató Marcela Hurtado, presidenta de la Mesa Comunal de Artesanía de Castro A.G., desde Coquimbo.

La isleña que se encuentra en la Cuarta Región junto al apicultor Julio Azócar, ambos invitados por el municipio local como expositores de artesanía tradicional de Chiloé en la popular Fiesta de la Pampilla, calificó el sismo que tuvo una magnitud de 8,4 grados como "un evento violento que uno jamás espera vivir".

"Fue todo muy rápido, en un minuto estábamos celebrando la inauguración de La Pampilla, y de pronto comenzó a temblar muy fuerte, el locutor empezó a decirnos a los presentes que no nos moviéramos del lugar, algunos hicieron caso, otros no y llegó un momento en que la desesperación cundió y las personas empezaron a salir de la carpa y se armó un gran tumulto", recordó la artesana.

Añadió la chilota que "personalmente me mantuve tranquila, traté de estar lo más serena posible. Tras salir de la carpa, nos evacuaron a un cerro, allí estuvimos un par de horas y hoy (ayer) ya estamos en el internado que dispuso para los expositores el municipio de Coquimbo, que se ha portado demasiado bien con nosotros".

Una opinión similar relató el apicultor Julio Azócar, quien se encontraba también a la hora del sismo en la inauguración de la tradicional festividad patria del Norte Chico.

"El propio alcalde se subió al escenario a pedir calma y de inmediato se comenzó a evacuar a los asistentes, el fuerte movimiento parecía que no acabaría, fue muy largo e intenso, la gente se asustó mucho y era lógico porque siguieron las réplicas, en un momento no podíamos salir de la carpa porque se amontonó la gente, fue caótico por la aglomeración", puntualizó el emprendedor.

A ello sumó el productor de miel que "el terremoto ha generado temor e incertidumbre en la población. Como medida preventiva tras el sismo nos fuimos a una parte alta de Coquimbo, a un cerro, y luego cuando se levantó la alerta de tsunami pudimos bajar".

Quellonino

En tanto, el quellonino Pablo Ojeda, quien se encuentra radicado en el puerto 'pirata' desde hace un par de años junto a su pareja, calificó su experiencia "como inolvidable".

"Fue horrible la sensación que aquí se vivió, se movió muy fuerte la tierra y luego las réplicas tampoco fueron suaves, de hecho algunas han continuado con igual intensidad hoy (ayer); lo importante y de lo que doy gracias que todos en mi familia están bien, a nadie de pasó nada", aseguró el joven electricista.

El trabajador de la Universidad de La Serena manifestó igualmente que los minutos posteriores al sismo fueron complejos, pues su pareja estaba sola en el centro de Coquimbo y las comunicaciones se dañaron, por lo que pasó mucho rato antes que pudiera encontrarse con ella nuevamente.

"Me asusté mucho porque yo estaba en el supermercado cuando tembló con tal intensidad, así que no tuve la necesidad de irme a la parte alta de la ciudad; sin embargo, mi mujer estaba en el centro, donde sí se inundó y se cayeron edificios antiguos; más encima, la señal de celular en un rato no funcionó, así que me angustié mucho hasta que tras varios intentos pude contactarme con ella y saber que estaba bien", acotó.

La fuente aseguró que pudo llamar a sus padres que viven en una parcela camino a la ciudad de Ovalle y a otros familiares que, al igual que él, se radicaron en la Cuarta Región.

"A la falta de comunicación telefónica también hay que sumarle el corte de luz; sin embargo, a pesar de todo pudimos avisarle a nuestros familiares que viven en Quellón que estamos todos bien", concluyó el isleño. J

"Fue todo muy rápido, en un minuto estábamos celebrando y al siguiente estaba temblando muy fuerte", Marcela Hurtado, artesana de Castro.

"Pude, tras un rato, comunicarme con mi gente en Chiloé y decirles que estoy bien y ahora estoy viendo cómo regreso. El agua destruyó el borde costero de esta ciudad, en la noche se escucharon disparos y también hubo saqueos que la televisión no muestra. A pesar de todo, nos han tratado muy bien tanto el municipio de Coquimbo como el señor Iván Rojas de Curicó que nos ha apoyado harto", acotó la isleña.

"Hay muchas partes de la ciudad de Coquimbo que están destruidas, el agua también dañó mucho. Lo bueno fue que pude tras varios intentos hablar con mi familia y amigos, la señal de celular está más o menos y hay momentos en que se pierde absolutamente; ahora hay que ver el regreso a casa, por mientras continúo alojado en el internado que nos facilitó el municipio coquimbano", mencionó el profesional.

"Fue muy fuerte, los postes de luz se movían tanto que parecían de goma. El puerto está muy dañado, el agua arrasó con parte de la caleta y con los locales que allí funcionaban. En la parte donde vivo no sufrió daños porque queda como a seis cuadras de la costa, lo que sí rescato es que la ciudad reaccionó súper bien, la gente se fue de inmediato a las partes altas a pesar de lo violento que fue el terremoto", dijo el joven.

Marcela Hurtado

Artesana

de Castro

Julio Azócar

Apicultor

de Castro

Pablo Ojeda

Electricista

de Quellón

"Fue muy

violento el

terremoto, es

impresionante

el daño que

provocó en la

ciudad".

Pablo Ojeda,