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Mentir, faltar a la verdad o distorsionar, a veces de manera elegante, otras de forma burda, la realidad, es parte de la vida diaria. Lo dicen los especialistas en mentes sanas y perturbadas. Y explican que cuando esto se convierte en un hábito ya se puede hablar de que obedece a un síntoma de una patología. Es, añaden, un conflicto sicológico que muchas veces está asociado a carencias afectivas, historias de abusos o simplemente a un trastorno de personalidad.
"La persona altera la realidad, distorsionando los hechos o las situaciones con el fin de manipular, sacar algún provecho, o por el simple placer de mentir. Muchas veces lo hace para sentirse superior a los demás", aclara Fernando Marchant, sicólogo de Centros Médicos Vidaintegra.
En estos casos ya se trata de un grado de mitomanía. Y el mitómano, agrega Marchant, "es aquella persona hábil en el engaño y que ve a la mentira como un eje de su forma de relacionarse con los demás".
¿Hereditario?
No existe un origen único para la mitomanía. Puede obedecer, ya está dicho, a experiencias vividas o, incluso, se puede tratar de algo hereditario.
Cuando se trata de una característica hereditaria es porque corresponde a un trastorno de personalidad. Esto es similar a lo que ocurre con otros trastornos, como la bipolaridad o la depresión.
En el caso contrario, cuando es una conducta adquirida, se origina muchas veces por influencias de conductas o al observar cómo otros mienten de manera constante. "Esta actitud puede estar influenciada por modelos de identidad negativos, por refuerzos y contingencias que suceden alrededor de la persona", dice Marchant.
Algunos síntomas son: rasgos narcisistas; distorsión de la realidad; búsqueda de aceptación; baja autoestima; miedo constante a ser descubierto. J
Cuando se detectan rasgos mitómanos en una persona, recomienda Marchant, la primera ayuda debe venir de los amigos más cercanos y familiares. Luego, hay que recurrir a un sicoterapeuta. Así, añade, es totalmente posible solucionar este problema y erradicarlo de manera definitiva de la persona.