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Yerko Ule, el rostro de la solidaridad ancuditana

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luis.contreras@laestrellachiloe.cl

"¡Mi hijo no tenía esperanzas de vida!". Así sintetiza Judith Antimán respecto a la titánica lucha que ha liberado por más de una década su hijo Yerko Ule Antimán, niño símbolo de la cuarta edición de la Jornada del Niño en Rehabilitación que impulsa la filial del Club de Leones de Ancud.

Con 16 años, Yerko pasa sus días entre su casa en la población Caracoles y el Colegio San Juan, ubicado en el sector de Bonilla, además de cumplir en el recinto de villa Goleta Ancud con su programa de rehabilitación físico derivado de una extraña enfermedad que lo aquejó desde los 4 años de vida.

A esa edad al pequeño se le detectó lo que se denomina un cordoma atípico de clivus, un tumor que se le alojó en la parte posterior del cerebro y que desencadenó una serie de secuelas generadas por una parálisis que mantiene en cierto grado hasta la fecha.

"Se le detectó porque empezó a perder fuerzas en el lado derecho, afectando la movilidad en el lado derecho de su cuerpo; empezó con dolores intensos de cabeza, se le hizo un escáner y que arrojó que él tenía un tumor en la cabeza", recuerda la madre del adolescente.

La falta de médicos especialistas en el Hospital Base de Puerto Montt obligó a los padres del menor a buscar alternativas en Santiago, ya que recién después de tres meses podrían someter al pequeño a una resonancia magnética en el establecimiento de la capital regional.

La ancuditana explica que este escenario "no era bueno porque mi hijo iba a estar tres meses en un hospital sin ninguna solución, así que coordinamos todo con mi familia, el municipio en este tiempo nos ayudó".

Bajo esa condición y previa realización de los trámites a través del Instituto de Neurocirugía de la Universidad de Chile, se logró que al cabo de una semana el menor fuera intervenido quirúrgicamente en este recinto en Santiago para extirparle un 80% del tumor.

Judith Antimán evoca que tras esa cirugía transcurrió cerca de un año hasta que su hijo mayor sufrió una recaída que instaló una vez más la inquietud en el núcleo familiar.

Afirma que "un año y tanto estuvo bien y de allí decayó abruptamente, o sea, un día en la noche estaba jugando y ya al otro día ya no se pudo levantar, quedó hecho una masa".

Dos operaciones a lo largo de los doce años de tratamiento médico resumen el estado de salud que ostenta el menor que presenta evidentes secuelas ocasionados por la parálisis sufrida en su momento.

Aun así, manifiesta su progenitora, "en este momento para mí está bien, ya hace su vida, se puede decir normal: puede caminar, puede hablar, puede comer por sí solo, puede hacer todas sus labores diarias solo".

La excepción a su condición física se produce cuando debe desplazarse fuera del hogar, toda vez que pierde la estabilidad al momento de caminar. Actualmente el niño símbolo de la cruzada solidaria que impulsa el Club de Leones es sometido a controles y terapias de tanto en tanto en los hospitales de Puerto Montt y Ancud y en el centro de la institución leonística chilota.

"Mi hijo aprendió a caminar de nuevo y el Centro de Rehabilitación fue una gran ayuda, si no hubiera estado el centro él quizás no iba a tener el apoyo, en estos momentos él tiene la fuerza y las ganas de salir adelante", reflexiona Antimán.

El soporte del hogar desde un punto de vista económico lo representa Juan Carlos Ule, padre de Yerko, quien trabaja como panteonero en el Cementerio Municipal de Ancud.

"El Yerko es todo un mundo aparte, se le sirve la comida, uno le dice a Yerko que se levante a hacer las cosas que tiene que hacer diariamente y su mundo está en cuatro paredes, en su pieza, mirando su tele, jugando", sostiene el jefe de hogar.

La familia admite que los constantes gastos médicos le han dejado deudas cuantiosas con las cuales tienen que lidiar para salir adelante. Por ello, un verdadero plus de inyección anímica significó la invitación para que Yerko se convirtiera en el rostro visible de la campaña solidaria que concluirá con una gran jornada el próximo 7 de noviembre.

"No lo pensamos nada, lo aceptamos altiro, para nosotros fue como una bendición, nos gustó, como familia también nos unió mucho más", afirma el poblador.

COLEGIO

A sus 17 años pero con la edad mental de un niño de 7 años, Yerko cursa el tercer año básico en el Colegio San Juan, ubicado en la calle Antonio Burr, en la población Bonilla.

Se trata de una apuesta tanto para sus padres como profesores al momento de abrazar la real inclusión social, sobre todo entre quienes padecen algún tipo de discapacidad física o sicomotora.

Sofía Burdiles, directora del plantel educacional ancuditano, confiesa que la relación entre el menor y la comunidad escolar ha cumplido ampliamente con las expectativas.

"Para nosotros ha sido muy satisfactorio el trabajo con Yerko, se ha ambientado súper bien en el establecimiento, fue muy bien acogido entre sus compañeros aun cuando la diferencia de edad es bastante grande, pero es un niño que se habituó sin ningún problema", sostiene la educadora.

CAMPAÑA

El Club de Leones de Ancud trabaja a contratiempo para el desarrollo de la Cuarta Jornada del Niño en Rehabilitación, programada para el sábado 7 de noviembre.

A finales de mayo la campaña se puso en marcha con la presentación de Yerko Ule, simbolizando esta iniciativa que busca la superación de los 45 millones de pesos logrados en la versión anterior, aportados por la comunidad y empresas de la zona.

Marco Aguilar, director ejecutivo de la cruzada, anticipa que para la gran velada se contará con la presentación de los cantantes María Jimena Pereyra y Juan David Rodríguez, quienes colaborarán con su talento en el cierre de esta iniciativa que es el ícono de la solidaridad en tierras chilotas. J