La historia desconocida de Chiloé en el siglo XIX
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Cuál era la base de la alimentación de nuestros antepasados, cuáles eran los medios de conectividad que existían en la época, cómo era la educación y la salud y por sobre todo cómo era el día a día del habitante del Archipiélago son parte de las interrogantes que el académico del Departamento de Ciencias Sociales de la Universidad del Bío-Bío, doctor Marco Antonio León León, responde tras una investigación de más de cuatro años que se materializa a través de libro "Chiloé en el siglo XIX, historia y vida cotidiana de un mundo insular".
Invitado por el Centro de Difusión del Patrimonio Cultural de Chiloé, el licenciado en Historia de la Pontificia Universidad Católica de Chile presentó en la Isla su última publicación, cuya información fue recopilada a través de diversas fuentes, tales como los periódicos de la época, documentos o memorias ministeriales que describen la insularidad de ese período, los relatos de viajeros que estuvieron en este territorio desde fines del siglo XVIII hasta comienzos del siglo XX, material de archivo concerniente a la organización administrativa del Chiloé republicano a partir de 1826, fotografías, entre otras fuentes.
"Esta es una investigación que tiene una larga data, el libro se armó desde hace unos cuatro años a esta parte, lo fui estructurando de a poco. Quise armar un panorama de lo que fue el siglo XIX porque historiográficamente uno se da cuenta que el período colonial en Chiloé estaba bastante bien abordado a través de diversos trabajos y lo mismo pasa con el siglo XX, pero quedaba un siglo vacío de por medio, que era el XIX, muy importante por lo demás. No me explicaba claramente por qué carecía de información este período, por ello quise investigar para explicar la transición de esta condición colonial de Chiloé a la condición republicana", detalla el doctor en Historia.
Comidas, formas de edificación y costumbres religiosas que se mezclan con las creencias en seres mitológicos forman parte del texto, fruto de un proyecto del Fondo del Libro y la Lectura 2015. Publicado por Ediciones Universitarias de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso, el libro fue recientemente presentado en la Biblioteca Pública Martina Barrientos Barbero de la ciudad de Castro.
"Los artículos abordan la cotidianidad desde el escenario geográfico y urbano de las ciudades, el tema de las viviendas, los espacios públicos, la alimentación, vestimenta, apariencia física, la religiosidad, la economía vinculada al mar como a la agricultora, también a la extracción del alerce y principalmente cómo se va estructurando la sociedad chilota", indica el académico, cuya investigación abarca desde 1826 a 1900.
sociedad
-La vida en Chiloé en aquellos años era bastante dura, es una vida de aislamiento, de esfuerzo y sacrificio. En cuanto a viviendas primero quiero destacar que el palafito no existe, de hecho no está registrado en ningún diario de viajero, es más, las viviendas que existen son casas que por dentro no tienen separación, no existe la idea de intimidad, se entiende como un espacio grande en torno a un fogón donde se reúne la familia y también los animales, vale decir todos conviven en el mismo espacio físico. Y ojo… estamos hablando de animales de granja que los ubicaban en una parte de la habitación.
En aquellos años la religiosidad era como una mezcla, un híbrido porque existen elementos del catolicismo con elementos supersticiosos y mágicos, en ciertos momentos forman parte de un todo. Ahora, lo otro es que no hay que caricaturizar al brujo chilote como se ha hecho, ellos eran parte de una comunidad y los sacerdotes que estaban evangelizando en esta zona eran mayoritariamente los franciscanos.
En cuanto a sus características físicas, el chilote de esa época era mestizo, bajo, que no pasaba el metro 20 centímetros los hombres y la mujer un metro 10, por lo general robustos, tez morena, hablamos de un mestizaje que no ha logrado descartar por completo las facciones indígenas. La vestimenta era hecha por lo general por ellos mismos y también adquirida a través de la que llegaba por los barcos que recalaban en Ancud.
-La principal vía de comunicación era el mar, pero cuando no podían navegar tenían que hacerlo por tierra y solo habían huellas y por el clima se convertían muchas veces en verdaderos lodazales, en los cuales ni un caballo podía transitar. Así que para cruzarlos (los caminos) lo hacían en una especie de canoa con la cual se deslizaban que era tirada por animales y ese era el medio de transporte. Había solo carretas en Castro y Ancud. De las condiciones desde Castro al sur no hay antecedentes al respecto, solo algo de Chonchi.
-En Castro y Ancud, en esta última por su carácter comercial. Las relaciones comerciales en el Archipiélago se basaban en el trueque y en el pago de alerce. En Ancud tienes uso de moneda circulante desde la segunda mitad del siglo XIX. Tanto Castro como Ancud eran las principales ciudades de la Isla, pero eran como villas, con una población bastante baja, pues el grueso de la gente vivía en el campo y también dispersa en las islas interiores. Por tanto, uno de los grandes problemas que existen no es solo la dispersión geográfica, sino también el aislamiento; esa última condición se perdía solamente cuando había una celebración religiosa o un funeral y se reunían los comuneros. La vida administrativa en la zona la describe el censo de la época como escasa población urbana, donde solo se contaba con los servicios administrativos básicos como juzgado, policía, cárcel descrita en malas condiciones, hospital con muchas carencias y escuelas.
Administrativamente estaba Chiloé más Chiloé Continental, lo que se conoce ahora como Palena, y su máxima autoridad era el intendente que era nombrado desde Santiago, que era por lo demás la cabeza de la provincia. También hay un obispado que funciona en Ancud.
Colonos
En cuanto a colonos estos llegaron a la zona norte de la Isla, en Ancud y alrededores, eran alemanes, escoceses y galeses que llegan a finales del XIX. "Chilenos que vengan para la Isla eran muy pocos, hay que considerar que por muchos años Chiloé era una periferia para el país, que solo se vuelve interesante a mediados del siglos XX, más que nada después del terremoto del '60", acota.
-Había muy pocos doctores. Los que habían estaban concentrados en Ancud y en Castro. Las enfermedades más comunes eran la tuberculosis, las de índoles respiratorias y estomacales vinculadas a infecciones, enfermedades venéreas pocas y registradas solo en Ancud por ser puerto. Las condiciones sanitarias no eran buenas.
En cuanto a la escolaridad, era baja. Un niño llegaba a los diez o doce años y no estudiaba más, pues se dedicaban a las labores del campo. Las familias consideraban que enviar a los niños a la escuela era una pérdida de tiempo.
-Verdura y fruta muy poco, era más que nada legumbres, productos del mar, papas, carne de cerdo y su bebida era la chicha de manzana. El vino venía del norte y era muy caro, así que solo algunos lo podían adquirir, igual que la cerveza que provenía de Valdivia.
-Sí. La conexión de los vapores era directo con Valparaíso y a medida que va avanzando el siglo XIX y a comienzos del siglo XX ya se inicia una vinculación, también por mar, con Puerto Montt y Calbuco. Principalmente lo que vendía Chiloé era madera. J