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Incentivando el jiu-jitsu en el sur de la provincia

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La Agrupación Jiu-Jitsu Insular Quellón es la instancia donde artistas marciales del sur de Chiloé están dando vida a un proyecto deportivo en una disciplina que les apasiona.

Este proyecto nace de la iniciativa de Alberto Parra Solís, kinesiólogo de 47 años avecindado en esta ciudad desde hace quince años. Su tema, aparte del ejercicio de su profesión, siempre ha sido la promoción de la vida saludable y la práctica deportiva. De hecho, fue campeón nacional sénior de este deporte (mayores de 30 años) y en la categoría sobre los 100 kilos el 2013.

"Este es un club privado que se dedica a la práctica del jiu-jitsu y al entrenamiento de la misma disciplina, con o sin kimono, que surge el año 2010 a raíz de una inquietud que yo tenía hace algún tiempo. No había practicado nunca este deporte y vino desde Calbuco un profesor que en esa época era cinturón café, que se llama Alex Oyarzún", afirma.

Tal instructor al que alude es actualmente cinturón negro de la escuela del profesor Mauricio Ulloa, quien detalla es "uno de los creadores, hombre emblemático en el jiu-jitsu en el país, que está en Punta Arenas, al mismo tiempo uno de los primeros y más serios".

El presente de la Jiu Jitsu Insular Quellón se sustenta como filial de la Academia Cicero Costha que el "profesor guía, instructor es Jonathan Ortega, un luchador chileno de Temuco cinturón negro que está compitiendo en Estados Unidos en la UFC (Ultimate Fighting Championship), campeonato norteamericano de artes marciales mixtas. Hoy estamos practicando este deporte, entrenamos todos los días en el dojo de nuestro gimnasio en calle Santos Vargas, donde habemos un grupo de amigos y a mí me toca instruir dentro de la comuna como monitor de jiu jitsu", asevera Parra.

El deportista ahonda que lo que se practica en Quellón es el jiu-jitsu brasileño. Acota que Costha es un maestro del gigante sudamericano y uno de los formadores de luchadores más importantes a nivel mundial: "Hoy está en la primera línea de los campeones mundiales. Entre otros discípulos, entrenó a los hermanos Miyao; por lo tanto, tenemos un jiu-jitsu muy actualizado".

El kinesiólogo arguye que el término jiu-jitsu significa "arte suave" y que es una disciplina que desarrolla la inteligencia. "Este no es un deporte violento, no es de golpes, sí lo es de amarre, de sumisión, de guiar al oponente hacia la rendición a través de estrangulaciones, con kimono o sin kimono, o por la puntuación que se encarga de otorgar un juez", enfatiza.

Respecto a esa vestimenta menciona que "cuando luchamos con kimono podemos ocupar la ropa del oponente o la nuestra para definir un combate. En cambio, en la lucha sin kimono solamente podemos ocupar muestras extremidades y el cuerpo para sujetar al oponente y provocarle una sumisión. Este es un ajedrez humano, que da la posibilidad al más débil de vencer en una lucha cualquiera sea el escenario".

Como expresión de defensa personal, Parra comenta que "sirve para defenderse eventualmente y requiere de mucha tranquilidad emocional para poder practicarlo. Nosotros, en nuestra escuela, no admitimos gente que tenga problemas de conducta porque el jiu- jitsu es un deporte muy lesivo si uno quisiera emplearlo de mala manera".

nociones

La Agrupación Jiu Jitsu Insular Quellón entrega a sus alumnos una serie de técnicas para desarrollar las destrezas del exponente. El encargado confiesa que se trata fundamentalmente de "nociones básicas de gimnasia natural, tipo de entrenamiento que utiliza solo el cuerpo. Se les enseña desde hacer una voltereta, un giro, hacer rodamentos (rodar en el suelo), por lo que el practicante de una u otra forma comienza con lo básico para ir escalando hacia las técnicas del jiu-jitsu e ir avanzando en las mismas para llegar a ser un buen luchador".

En cuanto a la edad para iniciarse en esta disciplina, el mismo deportista indica que es primordial una evaluación, sobre todo en menores. "Tienen que tener control de la ira, analizar su comportamiento dentro de la lucha y hacerles entender que esto es un deporte que puede ser complicado si se mal administra. Por lo tanto, me reservo el derecho de poder elegir a los niños, de seis años y más, que puedan participar de nuestra academia", expresa.

Eso sí, el instructor reconoce que no existe una edad máxima para hacer este deporte, prueba de ello es él mismo, quien comparte: "Comencé a practicarlo a los 43 años y me enamoré del deporte. Hoy tengo 47 y no dejo de practicar todos los días, solo o con algunos compañeros".

La escuela cuenta con una cantidad de alumnos variable, que va de los seis a los quince. "Este deporte es de mucha intensidad de trabajo, y no siempre los participantes están dispuestos a entrenar tan fuertemente. La separación de los alumnos se hace por categoría, por edades y por peso", enuncia.

Si bien no han podido organizarse campeonatos acá en Quellón por diferentes situaciones, estos artistas marciales sí participan de algunos fuera de la ciudad. Eso sí, la tarea es difícil, porque se requiere, a lo menos, entre 6 meses y un año de formación de un alumno para que pueda participar y obtener alguna presea.

Como en toda práctica deportiva amateur, el financiamiento es un tema relevante y Parra lo resume así: "En este caso el dueño del gimnasio y dojo soy yo mismo. La mantención de las instalaciones no es barata. Tenemos un doble tatami y un gimnasio de 100 metros cuadrados que hay que mantener. En el caso de las competencias fuera, normalmente quien nos apoya es la Municipalidad de Quellón, que últimamente nos ha financiado los pasajes".

gimnasio

El lugar de prácticas de este floreciente deporte es el Gimnasio Kine Meds, también conocido como "Espartano", que cuenta con un moderno equipamiento e infraestructura disponible para los alumnos. Hay máquinas para ejercicios de fuerza, pesas rusas, balones medicinales y barras.

"Nuestras sesiones de entrenamiento son programadas, entrenamos todos los días a partir de las 18.30, en las cuales se hace una parte física intensiva dentro de las instalaciones. Posteriormente se hace una preparación específica para la lucha, gimnasia natural y luego técnicas de lucha. Las prácticas finalizan con una hora aproximadamente de lucha", acota Parra.

El mensaje del instructor a la comunidad es "nunca es tarde para hacer actividad física e invito a los adultos, jóvenes y niños que empiecen a hacerlo lo más pronto posible".

Y aunque valora que cada día más se realiza deporte en la ciudad, como corriendo o usando la infraestructura bajo techo que existe, no se debe bajar la guardia, sobre todo considerando los altos índices de obesidad y sobrepeso que existen en el país, y en lo que Quellón no es excepción.

Los sueños de este kinesiólogo, deportista y luchador son muchos. Están desde integrar a más aficionados y participar en competencia nacional y ojalá locales, para lo cual será vital el apoyo de la autoridad comunal. Junto con reconocer que dos alumnos ya destacan más allá de las fronteras insulares, sentencia que "pienso en partir a algunas fechas a Brasil el próximo año, para perfeccionarme y traer mayores conocimientos desde la tierra donde hoy existe el mejor jiu-jitsu". J