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Mate gigante es toda una atracción en Ancud

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luis.contreras@laestrellachiloe.cl

En la localidad rural de Calle se levanta desde hace más de un año una obra arquitectónica atípica para el Archipiélago y que sin pensarlo se ha convertido en toda una atracción: un mate chilote.

La iniciativa a gran escala cautivó a un comerciante ancuditano que en su paso por la comuna de Cochrane, en la Región de Aysén, pudo apreciar un inmueble similar.

El emprendimiento no tardó mucho tiempo en cobrar fuerza e iniciarse con recursos económicos propios la construcción en un predio particular de este verdadero símbolo que se encuentra arraigado en la cultura patagónica.

Seis metros de altura dan vida a esta edificación que desde el exterior ya ha cautivado tanto a vecinos del sector Calle como a los cientos de visitantes que se desplazan a otros rincones de la comuna ancuditana, sobre todo en la alta temporada de visitantes. Una verdadera casa habitación pero proyectando una idea innovadora única en todo el territorio insular, básicamente por su osadía de irrumpir en medio de la arquitectura local.

José Ortega es el visionario y artífice de esta idea que, sin imaginárselo, se ha convertido en un polo de atracción, aportando a su paso al turismo local.

"Mi señora es del sur, mi señora es de allá y en la plaza de Cochrane hay un mate hecho, el famoso mate patagón", afirma el comerciante, quien no revela cifras de lo gastado en esta extraña iniciativa.

La sola idea de construirlo en Chiloé lo cautivó al instante, por lo cual instó a su esposa a apostar por esta peculiar obra.

"Yo le dije a mi señora: 'Sabes, podríamos hacer un mate en Chiloé'. Y empezamos a gestionar el plano que lo hizo un arquitecto y estuvimos casi un mes viendo cómo se podía hacer", explica Ortega.

Pero la materialización de este mate-cabaña no estuvo exenta del comentario y extrañeza de muchos curiosos que especularon respecto a su origen y propósito.

La imaginación dio para todo, sostiene el empresario entre risas mientras observa con orgullo el resultado de su proyecto de inversión privada. "La gente hablaba hasta de una nave espacial, otros decían que era un canasto, pero se dijeron varias cosas, incluso un domo", consigna el vecino mientras comparte el logro junto a su esposa.

Cuenta que el impacto fue inmediato una vez que se develó el misterio que encerraba la enigmática obra que por largos seis meses se levantó desde sus bases a escasos metros del camino que conduce hacia Guabún.

Agrega que "desde el punto de vista turístico harto ha ayudado a la gente: el mismo edificio llama la atención, cómo está hecho, cómo se construyó o quién lo hizo, y la idea surgió allá en Cochrane".

Esposa y padre

Como muchos proyectos, esta iniciativa también ha dependido del apoyo de una gran mujer. En esta apuesta estuvo desde el primer momento Patricia Macías, esposa de José, quien reconoce que en su momento dudó respecto a la idea.

"Yo nunca pensé que lo decía en serio, hasta que lo empezó a hacer, pero después cuando lo vimos hecho fue emocionante, ya que todos empezaron a preguntar que por qué en Chiloé no se hacía algo así, igual llamaba la atención", menciona la cónyuge.

El mate chilote suma a sus seis metros de altura dos pisos, baño, dormitorio y una sala de estar, todo levantado en una base de hormigón. Cuenta con un revestimiento de teja asfáltica y fibrocemento. En la parte superior se levanta un pequeño mirador y la infaltable bombilla que le entrega el sello de identidad.

Fue el padre del comerciante, Orfelino Ortega, quien asumió la misión de levantar este mate chilote. Un trabajo que se extendió por espacio de medio año, todo llevado a efecto durante el 2014.

Fue una labor titánica que no estuvo libre de las dificultades que conlleva edificar un inmueble pero con una mirada arquitectónica distinta.

El hombre dueño de una gran experiencia en materia de construcción asumió el reto de levantar esta iniciativa contando solamente con la ayuda de su esposa, María Magdalena Báez.

"Fue un trabajo complicado, delicado, prácticamente lo trabajé como mi señora, fue complicado por la forma del mate, complica para embarrotar, porque los cortes no son como hacer una casa, es todo distinto, es como un globo", comparte el vecino.

Ya con las imágenes del trabajo físico en la retina, Ortega padre recalca que "tuvimos que hacer andamios de siete metros de altura para poder trabajar, mi señora me ayudaba, me cortaba la madera con motosierra abajo y yo la tiraba con un lazo y lo hicimos, bastante complicado pero salimos adelante".

Recuerda el constructor que ya sobre la marcha de las faenas muchas personas se acercaban por curiosidad a preguntar de qué se trataba el edificio, no pasando desapercibido para quienes transitan en forma diaria y constante por este camino rural.

BEBIDA

El mate ampliamente consumido en tierras chilotas y patagónicas tiene sus orígenes en la cultura precolombina de los pueblos originarios guaraníes de Paraguay.

Dicha infusión hecha con hojas de yerba mate sería adoptada rápidamente por los colonizadores españoles transformándose en parte del acervo cultural en Argentina, Bolivia, Uruguay, Paraguay, Brasil y Chile, siendo este último comprendido entre la Región de Coquimbo y Magallanes.

Al igual como ocurre con el chocolate, té o café, el mate posee un efecto estimulante provocado por la cafeína que contiene. Otra característica tiene que ver con el alto nivel de agua que se realiza cuando se matea, siendo una de las costumbres más arraigadas y propias de la cultura insular. La preparación y consumo es todo un acto social. Además, Chile ha aportado a cómo se le bebe en la actualidad, ya que es el país donde existen los registros más antiguos de tomar mate con palito.

El inmueble de Ancud que aún le faltan algunas terminaciones interiores, ya se puede observar en toda su expresión. La familia no descarta arrendarla en algún momento, pero mientras tanto ya es utilizada para disfrutar el resultado de un sueño que ya es una realidad en este rincón de la provincia.

Así, con ingenio y recursos, este recipiente infaltable en los hogares chilotes ha dado vida a un inmueble creado a una escala superior que se levanta en la comunidad de Calle y que simboliza lo más auténtico del folclor del Archipiélago. J