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Dirigenta de Ancud potencia la unidad entre las comunidades

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cronica@laestrellachiloe.cl

Margarita Raimilla Ule, es una destacada y esforzada dirigenta del mundo rural, específicamente del sector Caulín La Cumbre en Ancud. Actualmente tiene 65 años y 40 de ellos los ha puesto al servicio de su comunidad, ejerciendo una serie de cargos en diversas entidades y agrupaciones campesinas.

La pobladora es viuda y madre de siete hijos, de los cuales seis están vivos. Hoy por hoy ostenta el cargo de presidenta de la comunidad indígena Huente-Caulín y desde esta posición sabe que el empoderamiento de las mujeres rurales es crucial para el desarrollo de los habitantes de estos lugares, quienes muchas veces por su condición geográfica, suelen sentirse postergados.

líder

Con tan sólo 20 años, la ancuditana comenzó su lucha por mejorar la calidad de vida de sus vecinos, participando de diferentes organizaciones como centros de madres, iglesia y comunidades indígenas, sin dejar de lado las labores propias del campo, como son los huertos, los invernaderos, el cuidado de los animales, entre otras actividades que con mucha alegría y dedicación continúa realizando día a día.

Luego de décadas de intenso trabajo social, las autoridades locales premiaron la labor que ha desarrollado esta mujer, entregándole un importante reconocimiento en el marco de las celebraciones del Día Internacional de la Mujer Rural, acto que se llevó a cabo en el Teatro Municipal Mauricio de la Parra de la ciudad del Pudeto.

Cerca de un centenar de féminas se congregó en esta ceremonia que tuvo por fin principal resaltar el rol que cumple este segmento de la población que reside en el mundo rural. En la ocasión, se destacó lo que fue la instauración de esta fecha establecida el año 2007 por la Asamblea de la Organización de Naciones Unidas, ONU.

Es aquí donde Margarita sobresale entre sus pares, gracias a su cometido en el quehacer productivo y económico de los campos.

-Los caminos principalmente, los caminos transversales, por ejemplo. Yo luché harto, como cinco meses para que me fueran a hacer una alcantarilla donde vivimos casi la mayoría de la gente de la comunidad Huente-Caulín, pero con la gracia de Dios si salió. Junto con esto nosotros somos un grupo que estamos peleando para reconocernos como hulliches, fuimos a Santiago y seguimos luchando por todo y para todos. Estamos esperando tener una respuesta satisfactoria para que podamos ser un pueblo.

-Gracias Dios tenemos riego, con un poco de sacrificio eso sí, porque a veces se hechan a perder las bombas y hay problemas, la gente no paga, a veces no hay trabajo tampoco para cancelar, pero yo creo que no hemos tenido tantos problemas con eso.

-Cuando uno está en agrupaciones no se ve tanto eso del abandono, nos han dado hasta este momento harto apoyo, nosotros pertenecemos al programa PDTI, ahí estamos bien, la persona que quiere trabajar va y emprende, pero hay muchas personas también que no quieren estar en instituciones porque no quieren perder tiempo y esas cosas, entonces después cuando hay problemas nosotros no podemos hacer milagros para que los ayuden. Siempre las puertas están abiertas de las comunidades, si quieren ingresar son bien recibidas las personas.

-Antes todo era mucho más duro y más individual, porque el que tenía uñas se agarraba y el que no, no. El único respaldo que teníamos en esos años era Indap, yo antes que falleciera mi esposo sacábamos créditos en Indap, pero en forma individual, no en grupos. Cuando crecieron mis hijos y salieron, siempre yo estuve ahí, luchando con mis nietos y ahí se empezaron a formar estas nuevas instituciones que empezamos a conocer recién y ahí nos constituimos.

-Que se sigan uniendo, que se sigan haciendo agrupaciones y tanta cosas más, la gente siempre le gusta trabajar individual porque no quieren ser exigidos por nadie, a mi por lo menos me gusta trabajar en grupos, mi comunidad también, cuando hemos tenido oportunidad de que nos lleguen a enseñar algo, bienvenido sea. J

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Margarita Raimilla Ule, es una destacada y esforzada dirigenta del mundo rural, específicamente del sector Caulín La Cumbre en Ancud. Actualmente tiene 65 años y 40 de ellos los ha puesto al servicio de su comunidad, ejerciendo una serie de cargos en diversas entidades y agrupaciones campesinas.

La pobladora es viuda y madre de siete hijos, de los cuales seis están vivos. Hoy por hoy ostenta el cargo de presidenta de la comunidad indígena Huente-Caulín y desde esta posición sabe que el empoderamiento de las mujeres rurales es crucial para el desarrollo de los habitantes de estos lugares, quienes muchas veces por su condición geográfica, suelen sentirse postergados.

líder

Con tan sólo 20 años, la ancuditana comenzó su lucha por mejorar la calidad de vida de sus vecinos, participando de diferentes organizaciones como centros de madres, iglesia y comunidades indígenas, sin dejar de lado las labores propias del campo, como son los huertos, los invernaderos, el cuidado de los animales, entre otras actividades que con mucha alegría y dedicación continúa realizando día a día.

Luego de décadas de intenso trabajo social, las autoridades locales premiaron la labor que ha desarrollado esta mujer, entregándole un importante reconocimiento en el marco de las celebraciones del Día Internacional de la Mujer Rural, acto que se llevó a cabo en el Teatro Municipal Mauricio de la Parra de la ciudad del Pudeto.

Cerca de un centenar de féminas se congregó en esta ceremonia que tuvo por fin principal resaltar el rol que cumple este segmento de la población que reside en el mundo rural. En la ocasión, se destacó lo que fue la instauración de esta fecha establecida el año 2007 por la Asamblea de la Organización de Naciones Unidas, ONU.

Es aquí donde Margarita sobresale entre sus pares, gracias a su cometido en el quehacer productivo y económico de los campos.

-Los caminos principalmente, los caminos transversales, por ejemplo. Yo luché harto, como cinco meses para que me fueran a hacer una alcantarilla donde vivimos casi la mayoría de la gente de la comunidad Huente-Caulín, pero con la gracia de Dios si salió. Junto con esto nosotros somos un grupo que estamos peleando para reconocernos como hulliches, fuimos a Santiago y seguimos luchando por todo y para todos. Estamos esperando tener una respuesta satisfactoria para que podamos ser un pueblo.

-Gracias Dios tenemos riego, con un poco de sacrificio eso sí, porque a veces se hechan a perder las bombas y hay problemas, la gente no paga, a veces no hay trabajo tampoco para cancelar, pero yo creo que no hemos tenido tantos problemas con eso.

-Cuando uno está en agrupaciones no se ve tanto eso del abandono, nos han dado hasta este momento harto apoyo, nosotros pertenecemos al programa PDTI, ahí estamos bien, la persona que quiere trabajar va y emprende, pero hay muchas personas también que no quieren estar en instituciones porque no quieren perder tiempo y esas cosas, entonces después cuando hay problemas nosotros no podemos hacer milagros para que los ayuden. Siempre las puertas están abiertas de las comunidades, si quieren ingresar son bien recibidas las personas.

-Antes todo era mucho más duro y más individual, porque el que tenía uñas se agarraba y el que no, no. El único respaldo que teníamos en esos años era Indap, yo antes que falleciera mi esposo sacábamos créditos en Indap, pero en forma individual, no en grupos. Cuando crecieron mis hijos y salieron, siempre yo estuve ahí, luchando con mis nietos y ahí se empezaron a formar estas nuevas instituciones que empezamos a conocer recién y ahí nos constituimos.

-Que se sigan uniendo, que se sigan haciendo agrupaciones y tanta cosas más, la gente siempre le gusta trabajar individual porque no quieren ser exigidos por nadie, a mi por lo menos me gusta trabajar en grupos, mi comunidad también, cuando hemos tenido oportunidad de que nos lleguen a enseñar algo, bienvenido sea. J