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Diabéticos de Ancud acusan abandono de obra de su sede

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Eduardo Burgos S.

El Club de Diabéticos de Ancud debió demandar ante el Tribunal de Letras de la ciudad al contratista Francisco Lae por indemnización de perjuicios, luego que en febrero del año pasado le encargara la ejecución de una obra de edificación, la cual se convertiría en su anhelada sede social que hasta hoy siguen mirando desde afuera, a medio terminar y abandonada.

Lo pactado entre estos pacientes con la constructora el 21 de febrero del 2014 corresponde a la construcción de una casa habitación de 102 metros cuadrados en la calle Aníbal Pinto 718, en un terreno que le había sido donado a la institución y donde pretendían concretar su sueño, luego de adjudicarse cerca de 30 millones de pesos del Fondo Social Presidente de la República.

El caso es que el contratista debía hacerse cargo de la construcción del edificio, de la contratación de los trabajadores para esta faena y de la compra de los materiales. Todo por un precio acordado de 29 millones 293 mil 972 pesos y en un plazo determinado que iba desde el 17 de febrero hasta el 17 de mayo del 2014.

Al suscribir el contrato, los mandantes cancelaron la suma de 14 millones 646 mil 986 pesos, sumando el 9 de mayo 7 millones 723 mil 50 pesos. En junio, ya aplazada la fecha de término de la obra, el club entregó 2 millones 487 mil 637 pesos, más otro millón y medio en julio del mismo año.

El contratista pidió varias postergaciones de la obra, aduciendo diversos motivos, los cuales fueron atendidos de buena voluntad por los mandantes de la construcción, llegando a un último plazo el 22 de diciembre del 2014, cuando ante la molestia y angustia los afectados vieron que su añorada sede estaba aún inconclusa, lo que no se ha normalizado.

ABOGADO

"Este señor se mandó a cambiar, creo que a Castro y dejó la obra botada y ahí estamos, tratando de notificarlo y seguir adelante con la querella por indemnización de perjuicios que esto le ha provocado a esta organización", señaló el abogado patrocinante de la demanda, Humberto Neumann.

El profesional recalcó que "yo creo que la obra no alcanzó a concretarse ni siquiera a la mitad, que apenas se habrá concretado en una cuarta parte", añadiendo que el contratista habría dejado al Club de Diabéticos de Ancud una deuda por electricidad.

La fuente advirtió que existe por este caso un daño emergente detallado en los $25.957.673 que la organización ya entregó al encargado de las faenas, más un costo adicional de 12 millones de pesos para terminar la obra. También se estima un lucro cesante de un millón 800 mil pesos, además de exigirse la cancelación de un daño moral de 6 millones. Estas cifras -indicó el jurista- son preliminares.

Por su parte, el socio y vocero del club afectado, César Chijani, destacó que "tratamos de buscar una solución de por medio y se le esperó más de un año a la persona que habíamos contratado y, sin embargo, esta persona no cumplió; entonces, ante esta situación nos vimos obligados a interponer una demanda".

Agregó el vocero que producto de todas estas situaciones adversas las relaciones se han visto mermadas al interior de su organización, pues los integrantes esperaban que la edificación se terminara a más tardar en un plazo final de 2 meses, lo cual frustró a muchos, sobre todo por los adelantos de dinero que recibió el contratista. "Lo que ahora buscamos es poder justificar estos dineros que son del Estado y que no hemos podido rendir", explicó.

"Además de esto, necesitamos iniciar ante el tribunal todos los trámites para que nos autorice a poder terminar la obra, ya que en este momento la construcción no se puede tocar", agregó Chijani, reconociendo que "hay un daño en el aspecto sicológico de los socios, lo que redunda en una disconformidad grande al interior del club, donde la paciencia ya se acabó, porque sabemos que esta persona sigue trabajando en otras obras".

Hasta el cierre de la edición, aún no es ubicado el contratista aludido. J

La presidenta del Club de Diabéticos de Ancud, Jimena Nieto, comentó que "una de las cosas que más nos inquieta es el hecho que entregamos esa cantidad de dinero al contratista y que ni siquiera nos ha entregado una factura a más de un año de haberle adelantado estos recursos, lo cual nos imposibilita de poder hacer la rendición correspondiente de los fondos que nos asignaron para ejecutar este proyecto, por lo cual el poder rendir esas cuentas es una de nuestras prioridades, además de conseguir el dinero para terminar la obra".

"Este señor se

mandó a

cambiar, creo

que a Castro y

dejó la obra

botada".

Humberto Neumann,