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La nueva vida del creador de la escuela nazi de Chiloé

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Eduardo Burgos S.

A más de un año y medio que el ancuditano Godofredo Rodríguez irrumpiera en los medios de comunicación nacionales e internacionales con su polémica Escuela de Arte Presidente General Augusto Pinochet Ugarte y luego de la frustrada inauguración de esta, a fines de marzo del 2014, el excéntrico personaje repasa para La Estrella de Chiloé los pasajes que le llevaron a tan bullada iniciativa, sus aspiraciones y frustraciones.

Recluido en la intimidad de su vieja casona, en pleno centro de Ancud, acompañado del silencio y los libros, se ve apacible y compensado, lejos de los exabruptos que lo hicieron mundialmente conocido. Accede a conversar con La Estrella de Chiloé solamente bajo la condición de no ser grabado. "Tu escribes después lo que hablamos, pero sin grabaciones", recalca.

Dice que "no resultó" lo de la que denominó la escuela de arte y que sí comulga con muchos de los lineamientos de la ideología nazi (con los cuales se le vinculó a raíz de la esvástica que lucía el cartel que promocionaba su plantel educativo), sobre todo en lo del nacionalismo, pero que le separa de ella el hecho que es "es socialista", dice.

"Además de la escuela, tú dijiste que querías crear un partido nacionalista en Chiloé", le manifiesto mientras lo acompaño en su cocina observando cómo prepara arvejas para el almuerzo. "Eso tampoco resultó, aunque todavía está en pie", responde, advirtiendo que "lo que pasa es que hay que buscar a la gente para ello".

"Pero se supone que tú tenías varios alumnos inscritos en tu escuela, yo pensé que ellos serían los primeros militantes. Porque lo de los alumnos era verdad, me imagino", le replico. "Había varios inscritos, pero por varios motivos no podían asistir. Algunos porque pertenecen a instituciones de orden y otros por toda la 'funa' que se generó en la inauguración de la escuela", sostiene.

"Dentro de esas funas de las que hablas, algunos te recriminaron tu pasado izquierdista", le lanzo y por poco logro sacarlo de su pasividad. "Eso fue algo de adolescente. A esa edad uno se cree revolucionario, pero siempre fue algo que me provocó cierta desconfianza", afirma, recalcando que "de eso hace mucho ya, es el pasado".

"Jaja, una especie de hippie-fascista podría ser", bromea, a la vez de advertir que efectivamente se siente más cercano al fascismo que al nazismo y que hay muchos estereotipos que él no asume, respecto a estas ideologías.

CONTINGENCIA

Pese a su especie de ascetismo y de no ver televisión, confiesa "Godo" que no está ajeno de toda la contingencia que ha surgido en sus tierras en el último año y medio, entre ello lo de la construcción del Puente Chacao y la instalación de un parque eólico en Mar Brava, Ancud.

"Yo estoy de acuerdo con lo del puente porque significa desarrollo y trabajo", manifiesta, zambulléndose en una reflexión, muy de él, acerca de la cultura y la idiosincrasia chilota y sus raíces. "Todos hablan de una invasión de elementos externos, pero nadie dice que nuestra cultura tampoco es original de los primeros pueblos, que a su vez también fueron invadidos por los mapuche. Ellos subyugaron al pueblo canoero que aquí existía y nadie dice nada de eso", acusa con vehemencia.

-De partida, las aves no son tontas y se van a acostumbrar. De lo que habría que preocuparse es si se produce algún cambio en la granulometría del lugar, lo que podría afectar a la extracción de machas.

Tal respuesta la larga como quien estuviera hablando de lo más cotidiano, aflorando su pasado como estudiante de acuicultura.

Otro tema al que no le rehúye es el político. Nuevamente se manifiesta abiertamente seguidor del dictador Augusto Pinochet, a quien describe como un "salvador de Chile", señalando que "él tuvo que tomarse el poder y eso era absolutamente necesario para sacar al país del momento en que estábamos", recurriendo a la supuesta existencia del "Plan Z que pretendía transformar por la fuerza a Chile en una nación marxista".

Así como plantea su teoría conspiratoria, enseguida la desestima, señalando que en realidad esa idea nace de un comentario de uno de los dirigentes de la Unidad Popular y no necesariamente de un postulado de la autoridad de ese tiempo.

Su internación en el tema político da pie para consultarle por las próximas elecciones; no las nacionales, sino las municipales. "¿Te sientes cercano a alguno de los candidatos que se perfilan para alcalde de Ancud?", lo interrogo, a lo que responde escuetamente que "tendría que ser a alguno de derecha, en todo caso", y le retruco con un "¿y te gustaría a ti ser candidato?", a lo que contesta con una silenciosa sonrisa que llena su rostro por un largo momento, antes que abruptamente me desvíe de la conversación y termine la entrevista. J

Debido a la idea de Godofredo Rodríguez de la formación de su escuela de arte, uno de los primeros en reaccionar ante tal situación fue el ex diputado y ahora embajador en Ecuador Gabriel Ascencio (PDC), quien hizo pública una fotografía en que aparece él al lado del cartel instalado dentro del sitio de la casa del ideólogo de esta casa de estudios supuestamente de doctrina ultranacionalista.

Al ser publicada dicha instantánea de Ascencio, Rodríguez hizo pública también una denuncia por violación de morada contra el político, interponiéndola en la Fiscalía de Ancud.

Tal reclamo del ancuditano no prosperó. "Como él es abogado, supo hacerla sin que significara algo en su contra y la Fiscalía la desestimó por cosas técnicas", aseveró el gestor de la fallida escuela nazi.