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Las tristes coincidencias de dos chilotes que los 'tragó la tierra'

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Luis Contreras Villarroel

Ad portas de cumplirse ocho meses desde sus misteriosas desapariciones se encuentran los casos de los chilotes Armando Muñoz Ruiz y Manuel Vargas Gallardo, de Ancud y Chonchi, respectivamente.

El manto de misterio se ha acrecentado con cada día que transcurre, agudizando el dolor entre los parientes de estas dos personas de quienes se perdió su rastro con una diferencia de apenas tres días, en abril de este año.

A Armando Muñoz (52), de oficio carpintero, se le perdió toda pista tras abandonar un restorán el pasado 6 de abril en la localidad de Las Vegas de Pupuya, en la comuna de Navidad de la Región de O'Higgins.

Este obrero ancuditano es cuñado del ex concejal socialista Jorge Muñoz, quien no solo ha seguido de cerca el caso, sino además ha encabezado pesquisas para dar con el paradero de su pariente que estaba radicado desde hace cinco años en esa zona del litoral central.

Durante las primeras semanas el rastreo contó con la cooperación de voluntarios del Cuerpo de Bomberos de Navidad, para sumarse más tarde efectivos de la PDI y del Grupo de Operaciones Policiales Especiales (GOPE) de Carabineros, sin que la búsqueda hubiese arrojados resultados favorables.

Muñoz impulsó distintas diligencias, elevando los antecedentes a nivel parlamentario y de la propia Policía de Investigaciones para que no decayera la labor indagatoria en la zona donde se extravío el trabajador chilote.

Este escenario impulsó al círculo familiar más cercano a trasladarse hasta la Región de O'Higgins para asegurarse del desempeño de los equipos investigativos en este enigmático caso.

semana santa

También pareciera que lo "tragó la tierra" a Manuel Vargas Gallardo (20), a quien se le perdió todo rastro la noche del 3 de abril, en Semana Santa en Castro, a pocos días previos del extravío del ancuditano.

El joven chonchino compartió junto a su cuñado y un amigo en el pub Ottoschop, desde donde salió y quedó abandonado por sus acompañantes en plena Plaza de Armas de la capital provincial.

Su incierto paradero ha derivado en distintas diligencias policiales que ha instruido en este caso el fiscal del Ministerio Público, Javier Calisto. A lo largo de este período se ha dispuesto de la presencia de las brigadas de Adiestramiento Canino y de Ubicación de Personas de PDI.

A estos trámites se sumó la búsqueda en la zona del tranque de agua potable y la navegación por las aguas del río Gamboa.

Nubia Vargas, hermana del desaparecido, admitió que el último rastreo tuvo lugar en el sector de Ten Ten, luego de las orientaciones entregadas por una clarividente. La diligencia, al igual que en otros emprendimientos, no arrojó resultados positivos.

La mujer domiciliada en el sector Los Petanes explicó que "Ten Ten fue el último lugar que rastreamos, pero vamos a volver a buscar, todavía no sabemos cuándo, pero vamos a volver, también estamos insistiendo por perros a ver si los vuelven a traer".

Señaló la isleña que la posibilidad de indagar en otro punto de la provincia es aún materia de evaluación por parte de la familia. "Por ahora todavía no pensamos en eso, porque nosotros nos enfocamos en Castro por el hecho de haber quedado allá y varios clarividentes que nos han orientado, siempre ellos nos indican Castro", aseveró.

PDI

El resultado de una pericia a cargo del Laboratorio de Criminalística (Lacrim) de Concepción aparece como una posibilidad para esclarecer cómo desapareció Vargas Gallardo aquella fría noche de otoño en la capital provincial.

Según el jefe de la Brigada de Investigación Criminal (Bicrim) local, Néstor Arias, "estamos esperando una pericia del laboratorio, estamos atentos a una pericia que estamos esperando para poder encontrar o acotar un campo de búsqueda donde Manuel Vargas habría dejado sus últimas pistas".

El detective recordó que el caso del chonchino está configurado como presunta desgracia, siendo la base sobre la cual la policía civil trabaja distintas hipótesis.

En esta línea de acción y dada la complejidad de un caso del que no se tiene mayor pista, la institución policial ha considerado aspectos tan diversos como la última comunicación que tuvo el desaparecido como sus familiares o amigos más cercanos, hasta develar el estado de salud mental del extraviado.

Además, el registro de cámaras de televigilancia de locales comerciales es otro frente para dilucidar el momento exacto en que se le perdió el rastro del ex estudiante. J

El jefe de la Bicrim castreña, Néstor Arias (foto), precisó que en el complejo caso de Manuel Vargas la policía civil no ha perdido contacto con la familia del chonchino desaparecido. El nexo ha permitido incluso atender el último requerimiento de la parentela para buscar en una zona rural de Castro y que se concretó hace dos semanas sin resultados favorables.

Apuntó el oficial de la PDI que estos resultados ayudarán a acotar el área de rastreo del chilote y establecer en qué circunstancias se extravío desde el centro de Castro y si hubo participación de otras personas en ello.

"Ten Ten fue el

último lugar que

rastreamos".

Nubia Vargas,