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Nutrición para enfrentar la PSU

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Señor Director:

El lunes 30 de noviembre y el martes 1 de diciembre se realizará en todo el país la PSU, en la cual miles de jóvenes se la jugarán por un puntaje que les permita ingresar a la educación superior. Dada la importancia de esta prueba, es importante saber que la alimentación sí puede influenciar en este proceso.

Todo el esfuerzo del estudiante y las proyecciones pueden ser fuertemente afectadas por la alimentación, y los días previos a la PSU deben ser considerados como una excelente oportunidad para mejorar las habilidades cognitivas, el rendimiento intelectual y la concentración, para mejorar así el puntaje. Por ello, dentro de las estrategias básicas a considerar, está del abordaje dietético del rendimiento, destinado a optimizar los procesos cognitivos y la concentración en forma aguda.

Esto apunta a: mantener la glicemia en rango normal y de forma estable, ya que la disminución de la glucosa en sangre puede influir negativamente la concentración, y promover la confusión mental; a evitar la sensación de apetito, ya que genera letargo y disminución de la concentración; a limitar el sobreesfuerzo digestivo, puesto que al alimentarnos se genera una redistribución del flujo sanguíneo, el cual se dirige en mayor cuantía hacia el sistema digestivo, lo que se hace más intenso y duradero ante la ingesta de alimentos de difícil digestión; evitar los malestares digestivos, ya que el meteorismo y/o las flatulencias también perjudican la concentración; evitar la urgencia defecatoria o miccional, ya que el tiempo para rendir la prueba es limitado y las posibilidades de ir al baño también; evitar la sed, sensación que al igual que el apetito y la urgencia por ir al baño puede determinar un fracaso en la mantención del enfoque cognitivo sobre la prueba; y evitar la depresión del estado de alerta, aspecto fundamental al momento de identificar las pequeñas diferencias que pueden existir entre las respuestas.

Para satisfacer todos los objetivos aquí planteados, recomiendo durante los días previos a la prueba mantener un consumo abundante de frutas y verduras (ricas en fibra), para mantener una adecuada frecuencia digestiva. Pero desde la noche anterior es preferible evitar su exceso, principalmente de aquellas que son meteorizantes, como el brócoli, coliflor, alcachofa y repollo. El mismo día de la prueba es conveniente incluirlas en cantidades moderadas (siempre evitando los meteorizantes), privilegiando los vegetales cítricos y las hojas verdes.

Hay que planificar la alimentación con al menos cinco horarios de ingesta al día. De preferencia no sobrecargue un horario con un gran volumen de alimentos, mucho menos en la noche, ya que el acostarse con el estómago vacío o muy lleno de comida puede alterar el sueño y perjudicar el rendimiento del día siguiente. Por la calidad del sueño, también es necesario evitar los alimentos salados en la noche, para no interrumpir el descanso por la necesidad de tomar agua.

Otro consejo es desayunar liviano, pues debemos evitar los alimentos ricos en grasas o las preparaciones que los incorporan, como los huevos fritos, el tocino y la mantequilla.