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Nuevos hospitales

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Señor Director:

La construcción de los nuevos hospitales actualmente en debate público revela la gran desinformación existente no sólo en el público en general, sino también en diversos sectores de poder de decisión, lo que es más preocupante. Hace unos días, una señora entrevistada en un noticiero de TV, se quejaba que como no se construía el hospital nuevo de Casablanca, iba a tener que llevar a su hijo a control con el especialista en Valparaíso. Señora: cuando se construya el nuevo hospital, igual va a tener que llevarlo al puerto. Con los nuevos hospitales no se soluciona la llegada de especialistas a Casablanca, Buin, Angol... La construcción de los hospitales no soluciona los problemas de la salud. Es más, habría que revisar si la inversión es más rentable socialmente en otros ámbitos, como la Atención Primaria, para de una vez por todas, poner el énfasis donde todos están de acuerdo que es más lógico, pero nadie lo pone en práctica.

Seguimos en nuestras escuelas de Medicina formando médicos claramente orientados a la atención super especialista, que no conoce y por ello no valora la atención primaria, el enfoque de salud familiar y comunitaria, y por lo mismo, tampoco valora el sistema público, perdiendo el principio de solidaridad y de humanismo que caracterizaba las generaciones de profesionales de antaño. Ello explica que sólo el 40% de los médicos atiende a más del 80% de las personas en Chile, y se esté pensando en importar médicos extranjeros para suplir el déficit. La asignación de presupuestos y las políticas de incentivos económicos no se han centrado en estimular el trabajo a nivel comunitario, y el déficit de horas profesionales no permite el trabajo integral debiendo abocarse a satisfacer la demanda de urgencia en los Sapus y la atención clínica. Paralelamente, ello redunda en el aumento de la demanda y presión a los servicios de urgencia de los hospitales, donde más del 70% de ella no es considerada pertinente (C4-C5). Los servicios de medicina de los hospitales están ocupados con pacientes en los que la media de edad es sobre 80 años, y cuyas patologías podrían ser tratadas en sus domicilios en establecimientos de hospitalización diurna, u domiciliaria, donde los familiares los llevan por no tener cómo cuidarlos en casa; estos pacientes no autovalentes, muchas veces se complican por infecciones adquiridas, hacen úlceras de presión, o tienen fracturas por caídas al levantarse para ir por su cuenta al baño; en su gran mayoría, las causas de hospitalización revelan el fracaso del cumplimiento de las metas de los programas de la At. Primaria: hipertensión arterial descompensada, diabéticos descompensados; un pié diabético demanda semanas de hospitalización, para darse de alta con una mejoría sólo transitoria, para volver al poco tiempo a hospitalizarse, y finalmente terminar con la amputación. Más del 60% de los enormes recursos gastados en diálisis son debidos a problemas originados en la diabetes.

La morbilidad apreciada y su respectiva mortalidad es sólo la punta del iceberg : la población vulnerable y en riesgo es donde más se puede lograr resultados que impacten las cifras y donde se puede ser más eficiente en el manejo de los recursos; actualmente nos concentramos en donde se demandan más gastos y los resultados son de dudosa satisfacción: las patologías crónicas instaladas nunca serán curadas, a lo más podemos mejorar sobrevida y calidad de vida, pero el diabético, el hipertenso, el artrítico, morirá con su condición de tal.