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Niños chonchinos rescatan tradiciones ancestrales huilliches a través del palín

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maria.nunez@laestrellachiloe.cl

Con su wiño o chueca en mano, los palifes o jugadores de la comuna de Chonchi y muy atentos al grito 'kiñe, epu, kila' (uno, dos, tres) demostraron todas sus destrezas deportivas para llevar el pali o bola hecha de cuero con centro de lana, hasta la línea del equipo contrario y así obtener un punto o tripal, regla del juego palín, actividad tradicional indígena con fines religiosos o deportivos que tiene similitud con el hockey.

Organizado por la Escuela Rural de Alcaldeo de Rauco, el Cuarto Encuentro de Palín Escolar convocó a estudiantes de 14 escuelas de dos microcentros de la comuna de Chonchi, quienes disfrutaron del ancestral juego propio de la cultura indígena y que al final de la jornada compartieron los alimentos aportados por cada comunidad asistente, en una mesa común, en un ambiente de cordialidad, respeto y sencillez.

La actividad que contó además con el apoyo de padres y apoderados, como así también de la propia comunidad del sector, permitió además que los niños pudieran conocer en profundidad la cosmovisión del pueblo huilliche y sus tradiciones a través de esta muestra que cada año va adquiriendo más adherentes.

"Este encuentro surgió de la necesidad de crear un real espacio hacia la valoración y el rescate de nuestra cultura ancestral, el cual nació el año 2012. En aquella oportunidad compartimos con seis escuelas rurales de la comuna; sin embargo, a partir del año 2013 aumentaron significativamente las escuelas interesadas en participar de este importante evento cultural, motivo por el cual se llevó a cabo en la cancha del club deportivo del sector", relató Romina Vargas, profesora encargada de la Escuela de Alcaldeo de Rauco, recinto organizador del encuentro.

"En la actualidad esta gran actividad cultural ha logrado consolidarse dentro de los microcentros de la comuna, convocando casi la totalidad de las escuelas uni y bidocentes que lo componen, las cuales una vez al año nos reunimos en un espacio común para dar tributo a nuestras raíces mapuche- huilliches", aseveró la profesional.

Durante el encuentro, los niños y sus familias visten atuendos y algunos llevan instrumentos para compartir con los presentes.

vigencia

Para Francisco Colpi Catrilaf, maestro tradicional de lengua indígena, este tipo de iniciativas contribuye positivamente para que los educandos puedan conocer y contribuir a preservar esta tradición, que es un deporte propio que muchos huilliches aún practican en los campos sureños.

"La valoración de esta actividad es importantísima, pues hay muchos lugares acá en Chiloé donde se jugaba palín y en donde aún se practica, no es solo una actividad que está instalada en los libros", puntualizó el educador.

Asimismo, remarcó que "esto se debe preservar y lo importante es que los niños deben entender que esto no se puede perder, por ello estos encuentros sirven para que los menores aprendan a jugarlo y puedan enseñarlo a otros niños, más aún porque disfrutan jugando palín".

Al respecto, Juan Millalonco, segundo maestro de paz de la comunidad Coihuín de Compu, resaltó que estas actividades recreacionales se fortalece la integración de los pueblos, sobre todo en los más pequeños.

"Como pueblo el que se realicen estos encuentros son muy significativos porque se le da la valoración que corresponde a nuestras tradiciones en los colegios y de esa forma las nuevas generaciones conocen las actividades que hacían sus ancestros porque lamentablemente por muchos años nuestro pueblo estuvo olvidado", acuñó el profesor de cultura tradicional de las escuelas de Miraflores y Quinched.

Participantes

La iniciativa organizada por la Escuela de Alcaldeo de Rauco y patrocinada por la Corporación Municipal de Educación, Salud y Atención del Menor de Chonchi forma parte del trabajo de promoción de la cultura mapuche a nivel pedagógico en los recintos educacionales de la comuna.

Por tal situación muchos de los participantes ya estaban familiarizados con el palín; incluso algunos de ellos ya lo practican en sus hogares, como es el caso de Bryan Barrientos de la Escuela de Quitripulli.

"A mí me gusta jugar palín, mi tío Pancho me enseñó, así que yo ya sabía de antes y el jugar acá me gustó mucho porque me es entretenido compartir con los amigos y con niños de otras escuelas", reveló el estudiante de cuarto básico.

Una opinión similar sostuvo Romina Vargas de la Escuela de Vilupulli, quien confesó que "este encuentro es divertido, lo que más me gusta es participar y jugar el palín que en mi caso me lo enseñó mi hermano, además que en la escuela también lo practicamos pues somos muchos los que los sabemos jugar".

En tanto, Ángel Bustamante, alumno de segundo básico de la Escuela de Quiao, reconoció que pese a que esta fue su primera experiencia en un encuentro masivo con este deporte, le gustó mucho y que "sería bonito que se siga practicando".

"El profesor de la escuela nos enseñó a todos para que podamos venir a participar, es bonito y no lo conocía antes", acotó.

A su vez, el estudiante Heriberto Cañulef sostuvo que "esta actividad ha sido muy linda, competimos todos y después pudimos compartir una bebida. En la escuela nos enseñó a jugar palín el tío Juan Millalonco y creo que jugamos bien porque ganamos el juego".

apoderada

El Cuarto Encuentro de Palín Escolar no solo contribuyó a rescatar el deporte ancestral, sino que además instó a los padres y apoderados de los participantes a reencontrarse con sus raíces, compartiendo una grata jornada a través de la comida, música y danza.

"Es simplemente maravilloso lo que se está haciendo; en mi caso es la primera vez que participo de una actividad tan masiva de palín escolar pero me llevo la mejor de las impresiones porque nuestros niños están aprendiendo un deporte de nuestros antiguos, así que espero que mi nieto siga aprendiendo, además que encuentro que es positivo que se siga difundiendo nuestra cultura", aseguró la apoderada Mirta González de la Escuela de Quiao.

Tras la culminación del encuentro, los asistentes compartieron sus presentes y degustaron las exquisiteces de la comida tradicional huilliche. J