Secciones

¿Existe el Viejito Pascuero?

E-mail Compartir

Señor Director:

Para muchos niños la magia de la Navidad se basa en la llegada del Viejito Pascuero, y en ocasiones, al saber la verdad, muchos sienten pena o desilusión. Es muy importante saber qué siente y qué cree el menor, escucharlo con mucha atención para que se sienta acogido y contenido; de esta forma le será más fácil sobrellevar la pena. Es primordial responderle con la verdad a todas sus preguntas, pero no es necesario darle más información de la que pida, ya que él preguntará lo que necesita saber.

Si el niño no se ha enterado por otra fuente como amigos o en el colegio, no es necesario romperle la ilusión cuando comienza a preguntar en casa. Se puede responder de forma ambigua y decirle "¿qué crees tú?", para dejar que el pequeño que quiera creer pueda seguir creyendo. Muchas veces los menores saben que no existe, pero les gusta seguir creyendo y no es necesario romper eso. Ahora, si piden que por favor les digan la verdad, es importante responder con honestidad todas sus preguntas.

A medida que los niños crecen se van relacionando con más personas y familias distintas, con las que escuchan diferentes versiones y opiniones acerca del tema. Esto les permite cuestionar las creencias que les han inculcado en sus casas y por eso comienzan a preguntar.

La ansiedad en esta época aumenta y es algo absolutamente normal, al ver la compra de regalos y ese ambiente típico navideño los pequeños pueden estar un poco más inquietos de lo habitual. Probablemente comiencen a preguntar cuánto falta para que pase el Viejito Pascuero, pero es una ansiedad normal que no es necesario controlar si ven a sus padres tranquilos y contentos; ellos tomarán la misma actitud. En el caso que este nerviosismo se convierta en un problema, podemos enseñarles técnicas de relajación como respiraciones por ejemplo, para ayudarles a calmarse durante la espera.

Una buena forma de controlar la ansiedad en la época navideña es invitar a los niños a realizar sus propios regalos para la familia mediante dibujos, manualidades o elaboración de galletas navideñas.

¿Y después de la Navidad? Esta época se une a la de vacaciones, lo que se traduce en niños con más tiempo libre. Naturalmente los niños buscarán cómo ocupar ese tiempo, jugando o viendo televisión; sin embargo, recomiendo a los padres preocuparse de las actividades de sus hijos y aprovechar al máximo esta instancia que se da pocas veces en el año.

Lo ideal es aprovechar este tiempo para generar espacios de juego en conjunto, padres e hijos y también permitir que existan momentos en que el pequeño se aburra para que él mismo use su imaginación para entretenerse y busque o invente juegos. No es necesario que los padres le inventen los juegos a los niños, pero sí deben preocuparse de que exista el espacio y tiempo adecuado para que los niños puedan crear y divertirse.