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Un ambiente de tranquilidad imperó ayer en el Aeródromo Mocopulli, en Dalcahue, tras el segundo día de la movilización nacional de los funcionarios de la Dirección General de Aeronáutica Civil (DGAC), organismo que en este terminal aéreo suma 40 empleados.

En las dos primeras jornadas del paro que ahora es indefinido la adhesión de los chilotes llegó al 90%.

Este viernes, día de vuelos entre la Isla y Santiago y viceversa con escala en Puerto Montt, los empleados desplegaron algunos carteles para externalizar las demandas que motivan el cese de actividades de la Asociación Nacional de Funcionarios de la DGAC (Anfdgac).

Cristian Segura, presidente del sindicato de los trabajadores isleños, recalcó que sus exigencias previsionales son el motor que impulsa la paralización de los aeropuertos y aeródromos de Chile.

"Estamos luchando por mejorar nuestra previsión, que es un tema país. En otros recintos aeroportuarios nuestros colegas fueron reemplazados por funcionarios de las Fuerzas Armadas, cosa que no compartimos y lo consideramos como un ataque", indicó el vocero.

La fuente añadía al mediodía que los empleados locales dialogaron con las distintas delegaciones y que las medidas del Gobierno -a juicio de ellos- arbitrarias podrían cambiar de rumbo las acciones, lo que finalmente ocurrió, al extenderse anoche el paro.

"El hecho que hayamos sido reemplazados con personal de la Fuerza Aérea es algo que nos molestó y además nos dio más fuerza para seguir adelante con nuestras demandas", sostuvo.

Pese a la suspensión del vuelo de este viernes entre Mocopulli y Arturo Merino Benítez, previsto para las 14.10 horas, hubo dos personas que llegaron hasta el mesón de la aerolínea LAN para realizar trámites.

Una de ellas fue Laura Ríos, de Santiago. "Yo viajaba hoy día (ayer) y vine para exigir que me devolvieran el dinero. Este tema es muy incómodo y creo que no hubo claridad si es que había vuelo hoy día (ayer)", aseveró. J