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Queilinos van en ayuda de abuelitos en Navidad

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maria.nunez@laestrellachiloe.cl

Una vez más los isleños haciendo honor a la solidaridad que los caracteriza como pueblo y en plena víspera de Navidad llevaron a cabo una "mingatón" (de minga, trabajo comunitario o colectivo con fines de utilidad social) con el objetivo de ir en ayuda de los once adultos mayores del Hogar de Ancianos Celia Miranda de Queilen, recinto que funciona bajo el amparo del voluntariado de la Agrupación Marie Poussepin.

Vecinos, organizados entre otros por el comunicador social Alonso Mario y la vecina Jovita Macías, reunieron recursos que alcanzaron la suma de $540.000, los que irán en directa ayuda de los usuarios del recinto ubicado en calle Balmaceda para paliar gastos de mantención que mensualmente pueden superar fácilmente los 2 millones de pesos.

A ello y gracias a la generosidad de un grupo de queilinas se sumó también una cena navideña celebrada el martes último en un local del poblado, ocasión en donde además los longevos festejados pudieron gozar no solo de la compañía de los vecinos, sino también bailar y cantar pegajosas melodías del folclor insular, olvidando por un momento la soledad que muchos de ellos viven por la lejanía o abandono, en algunos casos de sus propios seres queridos.

"La idea era realizar una señal de solidaridad con quienes lo necesitan como es este hogar que carece de apoyos económicos y de la adquisición de insumos como son pañales y útiles de aseo, así que junto a otros vecinos y Radio Nahuel emprendimos esta minga solidaria de Navidad el 22 de diciembre", argumenta Alonso Marío.

"Nuestra meta era reunir un millón y medio de pesos, se reunió menos pero entendemos que la fecha igual es complicada por ser víspera de Pascua y no todos están con dinero; sin embargo, también se pudo juntar un monto importante, el cual va a ayudar a pagar en parte los sueldos de las personas que allí laboran", recalca el comunicador.

"A ello se sumó también una linda cena que un grupo de vecinas encabezadas por Ximena Piñeiro organizó en un restaurante de Queilen para agasajar a los abuelos; los adultos mayores se colocaron su mejor tenida para ir a festejar y realmente vivieron un maravilloso momento, tanto ellos como quienes compartieron su mesa", señala el isleño.

Al respecto, Jovita Macías, también artífice de la cruzada solidaria, indica que las muestras de cariño de la población se hicieron sentir el día de la mingatón hacia los abuelitos, no solo con la donación de recursos sino también con la entrega de comida para la cena navideña.

"Este hogar es el fruto de mucho esfuerzo, pues no recibe ayuda del Estado, sino que es sacado adelante principalmente por 15 personas de la comunidad que forman la Agrupación Marie Poussepin, ellas llevan como 10 años trabajando y, por lo mismo, es que nosotros como comunidad también debemos aportar en esta causa y colaborar para que este recinto continúe sirviendo a estos adultos mayores", expone la dueña de casa.

historia

El Hogar de Ancianos Celia Miranda de Queilen nació en el 2006 y funciona en un inmueble que el municipio traspasó en comodato. Este consistorio también aporta mensualmente con leña y con el pago de la luz y el agua; el resto de los gastos como gas, comida, insumos de aseo y la cancelación de los sueldos de las cinco personas que allí laboran son cubiertos por las donaciones que realizan personas de la misma comuna y a través de las pensiones de los hospedados.

Al respecto, Ana Andrade, presidenta del colectivo, junto con agradecer el gesto de la comunidad local, explica que no han sido pocas las veces que se han visto en serios apuros económicos para poder terminar el mes y no verse en la obligación de cerrar el establecimiento, el que atiende en su mayoría a ancianos de alta vulnerabilidad social, provenientes de diversas latitudes del Archipiélago.

"Muchas veces hemos estado a punto de tirar la esponja como se dice, pero tratamos de salir adelante y seguimos luchando porque es maravillosa la labor que hacemos, los abuelitos están bien y este año logramos que las familias esta Navidad lleven a sus abuelos a sus hogares, y con los que no se pudo a ellos los llevaremos nosotros a nuestras casas", cuenta la voluntaria.

La mujer añadió que los residentes tienen un promedio de edad de 90 años y muchos de ellos padecen el mal de Alzheimer.

Usuarios

La acogedora casa de madera tiene una capacidad de atención para once adultos mayores, quienes pasan sus días mirando televisión, jugando cartas, tejiendo, otros en cambio ayudan en la huerta e incluso a sus propios compañeros en situaciones cotidianas como es el llevarse el pan a la boca.

Uno de los más entusiastas del grupo es Rogelio Hueicha, quien sin pensarlo dos veces relata que la pasó muy bien en la cena navideña que la comunidad les realizó a los residentes. "Estuvo todo muy bonito, realmente se agradece ese tipo de ayuda porque la pasamos muy bien y la comida estaba rica, igual acá la pasamos bien, nos tratan con cariño y nos acompañamos entre todos", puntualiza el ex agricultor de Detico, quien a sus de 84 años aún ayuda en el huerto que mantiene el hogar.

Por su parte, María Luisa Guerra, quien nació hace 91 años en Valdivia, esgrime que "estoy muy agradecida por el paseo al restaurante que nos hicieron, estuvo todo maravilloso y sabroso, me gustó mucho salir de acá un rato y festejar, así que mis bendiciones a todos quienes nos ayudaron".

En tanto, Gregorio Andrade, quien lleva viviendo en el hogar casi seis temporadas, asegura que a sus 90 años se siente con energías para seguir "pasándola bien". "Estoy muy agradecido por las muestras de cariño, yo llevo seis años acá y seguiré aquí hasta el día que me muera recordando mis andanzas pasadas, nací en Detico y mi hijo y nieto ya están fallecidos", aclara el queilino.

Finalmente, Felipe Uribe, de 96 años y uno de los más longevos del hogar, comparte que "yo siempre fui muy patiperro, nací en Chelín, trabajé en el campo de agricultor y luego recorrí el sur hasta la Patagonia trabajando la madera". "Fueron buenos tiempos", concluye mientras camina junto a sus compañeros a tomar once. J