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El crudo invierno del 2015 estuvo marcado por una secuencia de fuertes temporales de viento y lluvia que causaron los más diversos trastornos en perjuicio de la población urbana y rural de la provincia de Chiloé.
Las tempestades se acentuaron principalmente en el mes de mayo colocando a prueba las diferentes condiciones habitacionales y de conexión interna del Archipiélago que sucumbieron ante la fuerza de la naturaleza.
Sería la madrugada del 16 de mayo cuando las intensas precipitaciones y las fuertes ráfagas de viento dejaron como triste balance el corte de caminos y servicios básicos, anegamientos de patios y viviendas y colapso de estructuras.
Los equipos de emergencia desplegaron sus recursos para cuantificar el saldo de los daños y proporcionar la ayuda y recursos logísticos necesarios. Dos días más tarde las inclemencias del tiempo reaparecieron para colocar al borde la muerte a una modesta familia de Pudeto Bajo en Ancud que sufrió el derrumbe de su casa habitación. Un joven matrimonio junto a sus dos hijos salvaron de milagro de terminar bajo los escombros de su propio hogar, enclavado en una zona de alto riesgo.
Durante la misma semana y manteniéndose la tendencia meteorológica, un nuevo frente golpearía a Chiloé acrecentando la incertidumbre principalmente entre decenas de familias de población Salvador Allende en Castro, la cuales fueron testigos de cómo las aguas lluvias acumuladas en el Parque Municipal invadieron sus propiedades. Las críticas hacia las autoridades municipales no se hicieron esperar ante los estragos provocados por las condiciones del tiempo.
colapso
Una situación similar se vivió en el sector Clara Barton donde las precipitaciones hicieron colapsar el sistema de alcantarillado para invadir una vez más las propiedades.
En cada una de las emergencias se dispuso de los servicios de cuadrillas de trabajo, bomberos, personal municipal y de la Dirección de Vialidad para atender los problemas de orden habitacional y conexión terrestre. J