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Dispares opiniones entregan feriantes de Dalcahue tras su cambio de lugar

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Eduardo Burgos S.

Apesar de ser el primer día en su nuevo emplazamiento, los locatarios de la tradicional Feria de las Pulgas de Dalcahue evaluaron positivamente las ventas. Eso sí, reclamaron algunos puntos que podrían mejorarse.

Desde antes de las 8 de la mañana de ayer comenzaron a llegar los feriantes hasta el acceso a los estacionamientos del Liceo Polivalente y la Escuela Dalcahue, donde fueron reubicados luego que se decidiera en el concejo su traslado debido a obras que se realizarán en la costanera.

Unos se ubicados en el aparcadero propiamente tal, pero otros tuvieron que quedarse en el acceso desde la Avenida Mocopulli, que además de pendiente tiene como característica la escasa dimensión de su ancho, lo que dificultó sobre todo a quienes se desplazaban con alguna dificultad física.

En el caso de Antonio Vargas, quien lleva trabajando en esta feria más de seis años, expresó que "el lugar es bueno, pero mucho más estrecho que donde trabajábamos en la costanera", añadiendo que "la gente se anda chocando, pero hemos tenido buen público".

Jorge Carmona, por su parte, recalcó que "el lugar está bonito y bueno, pero lo que falta aquí es un baño químico, porque ante cualquier emergencia no hay dónde ir y, por ejemplo, hoy hemos tenido que aguantarnos toda la mañana", alegando que en la costanera había casas particulares que ofrecían ese servicio.

Alicia Manquilepi, por su parte, catalogó de forma positiva este nuevo inicio, señalando que "hoy nos ha ido súper bien y no estoy disconforme, porque el lugar me gustó, porque está totalmente cómodo donde nosotros quedamos".

La dalcahuina Carmen Muñoz aprovechó el domingo para salir a pasear con sus hijos, mencionando que "yo visitaba de vez en cuando la feria cuando estaba en la costanera y he encontrado que está bien, aunque un poco estrecha".

Otro que expuso sus comentarios fue Iván Oyarzún, quien viajó desde Curaco de Vélez a visitar en familia el espacio. "No me ha gustado, porque hay poco espacio y pocos vendedores, que puede ser por el comienzo de años, pero de todas formas encuentro muy estrecho el espacio", recalcó.

También crítica se mostró Érika Gómez, quien trabajó años revendiendo ropa usada en la Feria de las Pulgas de Dalcahue. Confesó que no le fue renovado su permiso y ahora ayuda a su marido en un puesto en la nueva localización. "Hubo mucha gente que quedó fuera del comercio que hacíamos aquí todos los días domingo, así que esto significa un ingreso familiar menos", sentenció. J

De las autoridades locales, una que visitó el nuevo emplazamiento fue el concejal Leonardo Alarcón (pro PPD), quien señaló que "para ser un cambio tan repentino, pero estudiado a la vez, estuvo ordenada, y además se le dio un ordenamiento al centro de Dalcahue, con calles expeditas y sin basura". Apuntó que "de los servicios higiénicos para la feria hay una agrupación de los feriantes que ganó un proyecto con el que adquirieron baños químicos, con quienes debiera hacerse la coordinación para instalarlos".

Hablan trabajadores y clientes

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"Para mí, si tengo que hacer la comparación con el otro lugar donde funcionábamos antes, ha sido mejor acá, ya que yo llevo muchos años trabajando en esto y he recorrido varias ferias, por eso digo que este lugar está bien bueno", catalogó la comerciante.

"Para nosotros lo ideal sería que nos dieran permiso para entrar a los baños de algunos de los establecimientos educacionales y que alguna persona se hiciera cargo, cobrando, para que esa misma se encargara de limpiar y de dejar en buenas condiciones", apunto.

"Pensábamos que por ser nuevo lugar las ventas iban a estar más bajas, pero ha estado bien, tomando en cuenta que muchos no saben dónde estamos ahora y es por eso también que no se ha visto tanta gente de afuera y más personas locales", manifestó.

"En comparación con el espacio que había abajo, en la costanera, este lugar es mucho más estrecho, sobre todo en la cuesta, y para algunas personas seguramente queda más lejos, pero en mi caso ya no tengo que caminar tanto para venir", comentó.

"En la costanera el espacio era más amplio y se encontraba mayor variedad de cosas que aquí, donde no he visto tantos productos como abajo, en la costanera; además que faltan baños y todo está más desordenado, si hacemos la comparación con antes", argumentó.

"He visto señoras con coches de guaguas y personas en sillas de ruedas que no pueden pasar por los pasillos, así que no estoy conforme con esta nueva ubicación, que tiene tan poco espacio para poder movilizarse a través de los puestos", manifestó.