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ONG y municipio darán cobijo a ancuditanos

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nelson.soto@laestrellachiloe.cl

La casa propia es el sueño de toda familia, y aunque hay quienes deben esperar por años, otros simplemente nunca tienen la posibilidad de tenerla porque no cuentan con los recursos económicos. Incluso algunos de ellos viven solos y en la extrema pobreza.

Por estos días en la comuna de Ancud hay una buena noticia para 18 vecinos -y sus parientes, si es que residen con ellos-, especialmente adultos mayores vulnerables que no contaban con un techo donde cobijarse en las noches del largo invierno chilote. Estas personas recibirán viviendas de mayor calidad que las mediaguas que se entregaban en años anteriores, las que serán construidas a contar del jueves por cerca de 260 voluntarios del programa Un Techo para Chile, organización sin fines de lucro, en conjunto con el municipio local.

Los jóvenes ya están arribando a la comuna del norte de la Isla para pernoctar en las Escuela Pudeto y Yerbas Buenas del sector urbano y en la rural de Chacao.

Desde el consistorio se realizó un catastro para identificar a los beneficiados. Es así que se determinó ayudar en la ciudad a residentes de Pudeto Bajo, como las calles Ex Línea Férrea, Agua Potable, Las Rosas y El Jardín y Pasarela Pupelde. También están la Avenida La Paz, el barrio Lomas de Puquillihue y las arterias Francisco Puelma y Lord Cochrane.

Los otros vecinos considerados son de las localidades de Mutrico, Cayucán, Curamó, Huicha, Caulín, Chacao Embarcadero, Pulelo y Punta Chilen.

Todas estas personas debieron cumplir con el requisito de tener un terreno propio o que se les haya donado, que no vivan en sectores de tomas y cancelar la suma de 100 mil pesos.

La asistente social de la Municipalidad de Ancud Katherine Parada señaló que para identificar a las familias que recibirán estos inmuebles se realizó un informe completo de cada caso y se determinó ayudar a lugareños que sufrieron incendios, quedando seleccionadas por este problema diez.

Además, la Fundación Un Techo para Chile logró conseguir que se construyan otras ocho casas más, totalizando las 18 .

Las viviendas son de material térmico que permite tener una buena aislación, hechas en paneles y vienen con las puertas y las ventanas. Contemplan 28 metros cuadrados, de un solo espacio que permitirá a quienes vivan en el inmueble poder agregar los servicios sanitarios y la distribución que ellos le quieran dar.

La inversión de estas infraestructuras solo para Ancud, ya que la fundación también instalará en otras comunas de la provincia de Chiloé pero en menor cantidad, bordea los 50 millones de pesos.

Se suman otros diez millones que entregó el municipio local para el tema de la logística, vinculado con el alojamiento y comida para los jóvenes.

"La fundación pidió dos compromisos fundamentales. Una, es que la familia que tenía esa carencia (habitacional) debe tener un terreno para instalar las casas, no campamento, ya que se construye en la propiedad de la persona o un sitio que haya sido dado en comodato y que lleve una cierta cantidad de tiempo. Segundo, cada una de estas familias que será beneficiada entrega un aporte de cien mil pesos. Estamos hablando que esta casa tiene un costo sobre los 3 millones de pesos", explicó Mauricio Henríquez, director de Desarrollo Comunitario del municipio.

Hospitalizado

El vecino del sector Pasarela Pupelde José Alvarado pasa su existencia solo en una mediagua, aunque ahora se encuentra hospitalizado en el San Carlos por una enfermedad complicada. Como una forma de colaborar Luis Mena, su cuñado, le cedió un lugar para que le puedan construir una nueva residencia.

"Le dio una trombosis hace como 10 años atrás, él vive solito y en este momento está en el hospital. Me parece muy bien que este programa beneficie a mi cuñado, ya que lo necesita. Él ya sabe que le van a construir porque yo estaba acá cuando vinieran a dejar los materiales, estamos contentos y yo le pasé un pedacito de terreno", indicó al familiar.

Otro caso, no menos impactante, es la que sufre la ancuditana Lorena Coyopae, quien habita en una pequeña mediagua en calle Las Rosas en Pudeto Bajo, ya que deben dormir cinco personas en una sola pieza: ella, su esposo y los tres hijos. La chilota emocionada dijo que será de gran alivio esta casa para poder habitar de forma más digna después de mucho tiempo.

"Yo le agradezco a la municipalidad que nos estén ayudando porque necesitaba la ayuda, porque nosotros vivimos muy estrechos. Somos cinco personas en una mediagüita que tiene dos piezas y en una pieza dormimos cinco y la cocina está más o menos nomás", apuntó.

La misma fuente confesó que al hacimiento se suma que su marido se encuentra sin trabajo y lo poco que gana es solamente para comer. "Doy gracias a Dios porque nos escuchó y los funcionarios (municipales) nos han ayudado harto. Lo haremos (el nuevo inmueble) apegado a mi casa que estaba haciendo porque mi esposo quedó cesante otra vez y ya está dos meses sin pega", lamentó.

Recalcó la isleña que "yo tampoco voy a buscar trabajo porque voy a esperar a la gente que va a venir a levantar mi casa. Estoy contenta porque cuando fui donde la señorita (asistente social) me dijo: 'Te van a hacer tu casa'; yo vine contenta y le dije a mi esposo: 'Vamos a tener nuestro hogar'".

deplorable

Otro caso tan dramático como los anteriores es la que experimenta el adulto mayor Raúl Maldonado, de calle Pablo Neruda sin número en la población Lomas de Puquillihue. Su morada se encuentra en deplorable condición.

"Esta persona vive sola, solo con sus perros. Pero además su casa la tiene amarrada porque se está cayendo. Es un caso muy impactante y por eso se le va a construir su casita para que pueda tener una vida más digna", expuso Katherine Parada.

Añadió la profesional que los beneficiarios tuvieron la visita de los encargados del programa Un Techo para Chile, quienes detallaron los parámetros para definir qué persona debía recibir las edificaciones.

"Estas familias fueron visitadas por distintos voluntarios de la fundación desde el mes de octubre hasta finales del mes de noviembre. Fue una selección bastante ardua porque las necesidades de las comunas son bastantes y los parámetros para seleccionar una familia tenían que ver con lo básico, tener problemas de habitabilidad y tener un terreno", concluyó Parada. J