Secciones

Chiloé como el cuarto destino turístico de Chile

E-mail Compartir

Señor Director:

Quisiera manifestar mi preocupación sobre la estrategia de posicionar a Chiloé como el cuarto destino turístico de Chile por parte del Ministerio de Economía y Turismo. El gobierno chileno ha desoído los Objetivos para el Desarrollo Sostenible de la ONU.

Dicha estrategia es una política irreflexiva pues ignora los riesgos que emergen del turismo como eje de desarrollo económico y el modelo de desarrollo neoliberal subyacente que ya es practicado y conocido con la experiencia de la salmonicultura y la futura minería extractiva en la isla.

Primero, se generó la materialización y trivialización de la cultura y el patrimonio. Las estrategias de marketing que ha propuesto el gobierno ignoran la historia de variadas prácticas y costumbres del chiloense. Por ejemplo, señalar que hay una "rica gastronomía" cuando se refiere a los festivales costumbristas, sin mencionar los valores comunitarios y las necesidades de subsistencia de sus participantes es olvidar que, por ejemplo, todavía muchas juntas de vecinos financian con ello servicios tan básicos como el agua rural en forma solidaria y colaborativa.

Segundo, al introducir estrategias de desarrollo capitalista de este tipo se erosiona la cohesión social de las comunidades donde se instala, si no existe una sociedad civil robusta con anterioridad. Sobre el caso, estudios demuestran que la salmonicultura chilota aumentó el nivel de vida de las personas, no obstante, lo hizo a costa disminuir la participación cívica de los chiloenses y producir importante degradación ambiental.

Tercero, la degradación ambiental ya es un hecho en la Isla de Chiloé a causa de la salmonicultura. No obstante, introducir mayor presión por factores antropogénicos a causa del turismo, sin introducir las previsiones del caso a nivel regulatorio y de capacitación de las comunidades, puede agravar más esta situación.

Un escenario probable, en caso de no mediarse estrategias de desarrollo sostenible para el archipiélago es lo que ya ocurre en la Isla de Pascua. La presión por sobre la biocapacidad de aquella desbordó su hábitat completo, esto es, generó escasez de servicios básicos, introdujo congestión de servicios de comunicación y transporte, expuso a daños irreversibles su patrimonio, entre otros, y en efecto ha incubado una creciente conflictividad social.

En consecuencia, es imprescindible plantear la sostenibilidad a nivel ambiental, social y cultural en esta política pública, de modo que se garantice la equidad y justicia con las generaciones de hoy y las que vienen integrándose a toda la ciudadanía chiloense, desde campesinos hasta empresarios y sus diversas necesidades.

sciencia ciudadana.

Chiloé como el cuarto destino turístico de Chile

E-mail Compartir

Señor Director:

Quisiera manifestar mi preocupación sobre la estrategia de posicionar al Archipiélago de Chiloé como el cuarto destino turístico de Chile por parte del Ministerio de Economía y Turismo.

El Gobierno ha desoído los Objetivos para el Desarrollo Sostenible de la Organización de las Naciones Unidas (ONU).

Dicha estrategia es una política irreflexiva, pues ignora los riesgos que emergen del turismo como eje de desarrollo económico y el modelo de desarrollo neoliberal subyacente que ya es practicado y conocido con la experiencia de la salmonicultura y la futura minería extractiva en la provincia.

Primero, se generó la materialización y trivialización de la cultura y el patrimonio. Las estrategias de marketing que ha propuesto el Gobierno ignoran la historia de variadas prácticas y costumbres del chiloense.

Por ejemplo, señalar que hay una "rica gastronomía" cuando se refiere a los festivales costumbristas, sin mencionar los valores comunitarios y las necesidades de subsistencia de sus participantes es olvidar que, por ejemplo, todavía muchas juntas de vecinos financian con ello servicios tan básicos como el agua potable rural en forma solidaria y colaborativa.

Segundo, al introducir estrategias de desarrollo capitalista de este tipo se erosiona la cohesión social de las comunidades donde se instala, si no existe una sociedad civil robusta con anterioridad. Sobre el caso, estudios demuestran que la salmonicultura chilota aumentó el nivel de vida de las personas, no obstante, lo hizo a costa disminuir la participación cívica de los chiloenses y producir importante degradación ambiental.

Tercero, la degradación ambiental ya es un hecho en Chiloé a causa de la salmonicultura. No obstante, introducir mayor presión por factores antropogénicos a causa del turismo, sin introducir las previsiones del caso a nivel regulatorio y de capacitación de las comunidades, puede agravar más esta situación.

Un escenario probable, en caso de no mediarse estrategias de desarrollo sostenible para el Archipiélago de Chiloé es lo que ya ocurre en nuestra Isla de Pascua. La presión por sobre la biocapacidad de aquella desbordó su hábitat completo, esto es, generó escasez de servicios básicos, introdujo congestión de servicios de comunicación y transporte, expuso a daños irreversibles su patrimonio, entre otros, y en efecto ha incubado una creciente conflictividad social.

En consecuencia, es imprescindible plantear la sostenibilidad a nivel ambiental, social y cultural en esta política pública, de modo que se garantice la equidad y justicia con las generaciones de hoy y las que vienen integrándose a toda la ciudadanía chiloense, desde campesinos hasta empresarios y sus diversas necesidades.