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Con la música internos escriben un nuevo capítulo a sus vidas

Al alero de un taller, presidiarios del Centro de Detención Preventiva de Ancud conforman un grupo de proyección folclórica que trabaja por perfeccionar su arte y seguir cambiando su existencia tras las rejas.
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Nelson Soto Asencio

La música se explica como el arte de combinar los sonidos en una secuencia temporal atendiendo a las leyes de la armonía, la melodía y el ritmo o de producirlos con instrumentos musicales. Esa definición la tienen bien clara un grupo de diez reos del Centro de Detención Preventiva (CDP) de Ancud que aprendió a tocar instrumentos y formaron un grupo musical.

Estas personas que están privadas de libertad han querido darle un giro a su vida como una forma de escapar del encierro, también de demostrarse a sí mismos que pueden hacer otras cosas y de alguna forma enmendar los errores del pasado.

El penal del norte de la Isla actualmente alberga a 60 internos y desde hace un buen tiempo viene trabajando con diversos talleres, cuya intención es dar un impulso laboral a quienes pernoctan en ese lugar. Como experiencia está la implementación del programa de huertos urbanos con singular buen éxito, además del desarrollo de artesanía y la disposición de una biblioteca con los elementos necesarios para estudiar.

Luego se creó el taller musical en que los internos que lo integran sacan lo mejor de su repertorio para armonizar las largas jornadas tras las rejas.

El alcaide del lugar, capitán Gonzalo González, comenta que estas iniciativas que realiza Gendarmería van en directo beneficio de la población penal y que no solo se preocupa de la custodia, sino también de la reinserción. En ese sentido, se busca entregar a los presidiarios una herramienta que puedan desarrollar cuando salgan en libertad.

El nacimiento de este grupo musical se concretó a través del Programa Arte Educador que implementa esta institución en el país y actualmente cuenta en Ancud con una monitora que trabaja con los internos, situación que ha dado sus frutos puesto que los músicos ya han hecho presentaciones en la unidad para los días de la Madre, el Padre y en Navidad.

"Es gratificante porque uno ve el interés en ellos por querer ser algo, obviamente esto se complementa con educación y trabajo. Para que puedan participar de un taller muchas veces va por iniciativa de ellos de querer, porque nosotros no podemos obligar a nadie a desarrollar un oficio en el interior, lo tratamos de incentivar, obviamente. Cuando se presentan estos proyectos se selecciona una cantidad limitada (reos) que sepa tocar algún instrumento y tener la gana de participar", acotó González.

Propósito

La monitora encargada del taller, Varinia Paz Viveros, señaló que lleva casi un año trabajando con los presidiarios y que este programa busca entregarles herramientas artísticas a personas que están privadas de libertad. En este caso, se aprende el folclor y se busca que a este proceso se le dé una consolidación como colectivo.

"Este taller es bien especial porque en realidad hay un grupo folclórico que está funcionando y que lo inició un reo acá dentro: Raúl Pérez, quien le enseñó música a un grupo de hombres que están en la cárcel y formaron este grupo folclórico. Yo entré en junio del año pasado y vamos a estar hasta fin de este año", explicó.

Con instrumentos que se han adquirido durante el proceso, los internos aprenden y se perfeccionan en tocar guitarra y el acordeón, mientras que su repertorio va desde música chilota hasta sonidos latinoamericanos.

"Ellos quieren aprender y estamos incorporando otras músicas, siempre tradicionales. La música para el ser humano siempre va a traer buenos beneficios, es un arte que complementa muchas cosas en el caso de los chiquillos que están en encierro, los libera. Hacer música en grupo los saca del contexto del encierro y los lleva al mundo de los sonidos; de alguna manera yo sé que les libera la mente y en términos espirituales también", reflexionó la monitora.

Añadió la misma fuente que el objetivo "es que ellos hagan música, que se conecten, que se comuniquen a través de otro lenguaje que no sea verbal o corporal, sino con el de la música".

Artistas

El interno Raúl Pérez compartió que la iniciativa de crear la agrupación artística con sus compañeros surgió el año pasado, cuando fueron visitados por una profesora de música.

"Después de eso se formó un grupo de proyección folclórica acá dentro. Hemos logrado hacer bastantes cosas como enseñarles a algunos y ahora tenemos la presencia de nuestra monitora. La gente está bastante avanzada, va aprendiendo guitarra y también tenemos un acordeonista. Además, nadie va a quedar eterno acá, todos algún día tendremos que irnos, llegado su momento, a la libertad. Para mí, la música es algo que me llena", comentó.

Otro de los integrantes que dice estar satisfecho de participar de este taller es José Gallardo. "En el grupo que estoy integrando me he sentido bien cómodo, ya que nunca había tenido la oportunidad de participar en un conjunto como lo estoy haciendo ahora. Nunca se me había dado la oportunidad ni en la escuela, ya que antes era muy reacio a participar de estas cosas, pero me he sentido muy cómodo", aseveró.

Misma opinión tiene Juan Villegas, quien reveló que "ha sido una experiencia más porque afuera uno tuvo la intención y creo que son cortos los espacios, porque afuera hay otras cosas que hacer. Entonces acá encontré un grupo de amigos y se pudo formar algo y poder compartir la música que es lo más bonito que se puede encontrar en un lugar así, en la vida que estamos ahora".

Todo grupo folclórico debe tener un acordeonista y acá no es la excepción. Francisco Barrientos toca este hermoso instrumento y confesó que "afuera siempre me ha gustado la música y acá me he dedicado más al folclor chilote principalmente, es una buena iniciativa la que tiene Gendarmería y que nació de don Raúl, que es la de juntar un grupo de internos y que tenga la opción de salir de la monotonía, del encierro. Esto es como un gran panorama que tenemos acá, que es poder hacer música, y qué más liberador que la música".

A su vez, Juan Villarroel, otro integrante, sostuvo que "desde que se inició el grupo me fascinó altiro la música, ya que antes no pasaba nada. Empezamos con los cabros y nos fuimos para arriba, estamos trabajando con la profe y le ponemos empeño. A mí me sirve harto y si algún día salgo de aquí quiero integrarme en un grupo afuera".


otros proyectos

El capitán González enunció que al margen de este taller musical se desarrollaron otros como el de mueblería, en el que fueron certificados por el Servicio Nacional de Capacitación y Empleo (Sense) 10 reos, quienes podrán optar a una fuente laboral cuando salgan en libertad.

"Todas las unidades de Gendarmería tratan de postular a distintos proyectos que vayan en beneficio de los internos. Hace dos años atrás está en Castro un trabajo con cueros, acá se hizo mueblería y gasfitería. Este año también estamos postulando a proyectos y esperemos que tengamos buen puerto porque estamos con la idea de realizar jabón, pero estamos solamente empezando", recalcó el oficial.

En este sentido el alcaide consignó que los recursos que los internos obtienen por sus trabajos van a una cuenta de ahorro que tienen, incluyendo un porcentaje para solventar sus labores y a su familia. Pero este desarrollo es mayor: "Desde lo económico y del compromiso que ellos tienen -subrayó-, ya que van mejorando su conducta, acá se avalúa (al reo) cada dos meses y podríamos decir que el 50 por ciento tiene muy buena conducta, por eso el traslado de los reos de otra unidad hacia acá se restringe mucho, ya que la población está casi en 80 por ciento trabajando".

Mientras tanto, el grupo musical del CDP de Ancud seguirá ensayando con el objetivo de seguir aprendiendo atractivas canciones para presentarlas a los internos de la unidad, a sus familias y quizás soñando con mostrarse en algún acto en otro público. Solo el tiempo y la constancia de ellos lo dirá…