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Cinco señales de alerta para no ignorar en tu pareja

Aunque aparentemente todo esté bien en una relación, ciertas tendencias o actitudes pueden destruirla.
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En todos lados es común ver señales de advertencia: cuando manejamos, en los alimentos, en los remedios, en los juguetes e, incluso cuando hacemos deporte. Sin embargo, donde quizás serían más efectivas, es en una relación de pareja. Y es que, a veces es realmente difícil darse cuenta de lo mal que está tu pololeo o matrimonio hasta que, lamentablemente, es demasiado tarde.

Por suerte, hay algunas actitudes o tendencias en una pareja que pueden ser signo de una mala convivencia. Una vez que se identifican, es tomar una decisión y mantenerse firme en ella: intentar arreglar las cosas o terminar definitivamente.

La primera de ellas es, quizás, la más fácil de detectar. Es cuando ni a tu familia ni a tus amigos les agrada esa persona. Y es que otras personas pueden ver lo que tú no, y si tienes confianza con esas personas, debes escucharlas. Si a más de alguien cercano a ti le cae mal tu pareja, pon ojo.

La siguiente es cuando te dan muchas excusas que no parecen verdaderas. A veces, por distintos motivos, tendemos a creer relatos inverosímiles. Esto puede significar que tu pareja esté abusando de tu confianza y escondiendo algo.

Cuando alguno de los dos quiere ir más rápido que el otro también se generan conflictos. Nadie debe apresurarte a tomar un compromiso, de la naturaleza que sea, antes de que estés listo.

La cuarta señal es cuando tu pareja tiene muy pocos amigos. El hombre humano depende de relaciones estables a largo plazo para desarrollar su intimidad.

La última es cuando alguno de los dos es adicto a las drogas o al alcohol. Cuando esto ya se hace costumbre, puede implicar serios problemas psicológicos.

Cuando va bien

Por contrapartida, también hay varias señales de que una relación va por el buen camino. Por ejemplo, cuando tu pareja te alienta a juntarte con tu grupo de amigos, cuando siempre se interesa por ti, cuando enfrenta los conflictos en lugar de evitarlos, la firme creencia en la fidelidad y, obviamente, cuando de corazón sientes que es la persona indicada y eres feliz.

Emociones como la felicidad, la tristeza o la ira solo duran 25 minutos

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La felicidad, la tristeza, la ira y el asco, entre otras emociones, duran como máximo 25 minutos, pues desde el momento en el que se experimentan, el cerebro las atenúa gracias a su capacidad para desensibilizarse.

Sin embargo, para algunas personas estos procesos son más largos por algunos aspectos psicológicos o sociales. De esta manera, el reconocer que las emociones son cortas, en especial la felicidad, permitirá que una persona disfrute el momento y lo que tiene.

Por otro lado, a medida que envejecemos, disminuirá en el organismo la secreción de dopamina, por lo que nos sentiremos menos felices.

La incertidumbre: perder el miedo al destino

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Nuestra existencia está llena de giros y sorpresas que, por lejos, superan la más elaborada ficción. Todos hemos vivido episodios abruptos que nos obligan a replantear el modo en que vivimos. Lo importante es no tener miedo a esta incertidumbre por una simple razón: no se puede saber el alcance de lo que sucede a nuestro alrededor en todo momento.

Eso significa, aunque muchos se nieguen a creerlo, que todo pasa por algo y que solo mirando para atrás es posible hilar una historia. Es normal querer aferrarse al control, pero hay que tener claro que nadie sabe lo que el mundo nos depara.