Los incansables esfuerzos de una chilota por fomentar la lectura
La Bibliolancha, Libros Caminantes, el Premio Nacional de Narrativa y Crónica Francisco Coloane son parte de los programas creados por Teolinda Higueras con el objetivo de mostrar el mundo de las letras a sus coterráneos.
Está a punto de cumplir 21 años como jefa de la Biblioteca Pública N°151 Edwing Langdon de Quemchi y en estas poco más de dos décadas la gestora cultural Teolinda Higueras Vivar ha demostrado que las limitaciones económicas y geográficas no existen cuando el objetivo es ofrecerle a la comunidad alternativas reales de desarrollo social.
Esta verdadera fuente inagotable de ideas ha creado programas tan exitosos como la reconocida a nivel nacional Bibliolancha que en mayo próximo cumple 21 años surcando los mares interiores llevando libros y actividades culturales a los niños. También está su más reciente creación: el Premio Nacional de Narrativa y Crónica Francisco Coloane, con el cual se busca generar y fomentar un nicho literario que rompa con la centralización.
Pero sus inicios no fueron fáciles, como recuerda la isleña, pues por mucho tiempo batalló para revivir la alicaída biblioteca que existía a principios de los años '90 y transformarla en un punto de encuentro para las comunidades, en donde todos tengan un espacio y en donde además se fomente la cultura insular, la del Chiloé profundo, que como ella misma señala "adquirí gracias a mi experiencia de vida, gracias a una abuela muy presente que me hizo vivir todo lo que esta tierra nos ofrece, desde buscar los frutos en el bosque, hacer las conservas, luego reunirnos en el fogón a conversar, entre otras tantas cosas tan nuestras como chilotes".
Esta defensora del patrimonio local también ha sido la fundadora de la Casa Museo Francisco Coloane, inspirada en el escritor quemchino que tal como recuerda "lo conocí en la casa de mi abuela" y de las giras culturales: "Un verdadero premio que hasta el año 2012 les dábamos a nuestros mejores lectores de las islas para viajar a Santiago y conocer, entre otras cosas, la Biblioteca Nacional".
Repaso
Hoy, a cinco días que cumpla 21 años al mando de la Biblioteca Pública N°151 Edwing Langdon, recuerda sus sacrificados inicios en donde una vez a la semana, pese a la lluvia y el frío salía junto a su caja de madera llena de libros, muchos en muy mal estado, a recorrer las Chauques, a enseñarle el maravilloso mundo de la literatura a los niños.
"El año '95 empecé a trabajar en la biblioteca, un año antes la Dibam (Dirección de Bibliotecas, Archivos y Museos) la había cerrado por mala gestión. Yo misma me ofrecí para hacerme cargo de ella y hablé con don Heriberto Macías que iba a asumir como alcalde para emprender este proyecto, porque era necesario contar con un espacio en donde las puertas estuvieran abiertas para recibir a los vecinos. Me costó harto que me dieran la oportunidad, trajiné tres meses por la municipalidad para que me pudieran contratar, una vez que lo logré me dieron plazo un año para que sacara adelante la biblioteca", recuerda la gestora cultural.
Al mes de asumido el desafío de impulsar el recinto, llegó un documento de la Dibam que sugería un mayor contacto con la ciudadanía. Ese mensaje bastó para que Teolinda creara en mayo de 2005 la Bibliolancha.
"Llevaba mis libros que cocía a mano porque estaban en muy mal estado en una lancha que me pasaba el municipio una semana al mes, y también llevaba un televisor con películas de monitos animados a las escuelas de las islas, los niños quedaban fascinados porque en sus hogares no tenían televisión, también les llevaba diarios, revistas porque en esas tierras no había nada de eso", aclara.
Avances
Poco a poco el pequeño espacio que tenía la biblioteca se fue quedando chico. Gracias a proyectos postulados, el lugar fue llenándose de nuevo material, por lo que un nuevo inmueble se hizo cada día más urgente.
"Después de tanto batallar el alcalde de la época nos arrendó una casa maravillosa, que tenía cocina fogón y en donde empezamos a realizar actividades como la celebración de la Noche de San Juan, allí hicimos también el encuentro de escritores y los alumnos empezaron a llegar también a ocupar los espacios, allí también creamos un museo y poco a poco empezó a llegar gente de otros lados, incluso extranjeros a conocer el lugar donde había nacido el escritor Francisco Coloane; así que hacíamos como unos pequeños tour por los lugares donde estuvo él", recalca la quemchina.
Más tarde incorporó al quehacer local nuevas actividades, giras culturales, los "libros caminantes" que consiste en llevar la literatura a los habitantes -principalmente adultos mayores que viven en Quemchi urbano y que por motivos de salud no pueden ir hasta la biblioteca- y un grupo de teatro son hasta hoy parte de las iniciativas más exitosas y de las cuales Teolinda se siente orgullosa.
"En la nueva biblioteca estamos desde el año 2005 y la hemos aprovechado al máximo, por ejemplo, los adultos mayores tienen su taller de folclor, también hay un lugar para que las artesanas expongan sus trabajos y se realizan además talleres de kelwo para los vecinos, hay un rincón de la lectura infantil, un sinfín de actividades porque la biblioteca tiene que cumplir su rol integrador", afirma.
Higueras además y gracias a la pasión que le ha puesto a su trabajo, ha logrado exponer su experiencia en países como Finlandia y Cuba. Asimismo, ha recibido en reiteradas ocasiones el reconocimiento no solo de sus pares, sino también de la Dirección de Bibliotecas, Archivos y Museos por su valioso aporte al mundo de las letras y al rescate y conservación del patrimonio local.
-¿Cuál es el nuevo desafío que tienes en mente antes de jubilar?
-Muchos, pero uno de ellos es crear una escuela de oficios en Quemchi para que todos aquellos jóvenes que por motivos económicos no pueden salir a estudiar tengan la posibilidad de aprender allí algo que les sirva para su futuro. Me duele que nuestros jóvenes se vean obligados a partir a otras tierras y dejar a sus familias para poder cursar una carrera. Yo pasé por ello, mis hijos también y se sufre mucho, por ello quiero sacar adelante este proyecto. Con el paso de los años he visto como niños y jóvenes que fueron parte de los grupos de lectores de la Bibliolancha y de la biblioteca han salido adelante y hoy son grandes profesionales y eso me enorgullece porque nos demuestra que el lugar de donde vienes no es un impedimento para cumplir tus sueños; todo está en uno.
"Con la Bibliolancha vine a revolucionar la forma de llevar lectura a los lugares más aislados".