El "viejo es necesario cambiarlo", así de lapidaria es la respuesta de nuestros vecinos cuando se analiza la precaria condición de nuestro Terminal Municipal de Buses, en Castro.

Hay dos claras posturas, la primera analizar si levantar un moderno proyecto en el mismo lugar y la segunda decididamente proyectar su reubicación.

Para nadie es un misterio que en los avances que hemos logrado como comuna, su "terminal" se ha ido quedando atrás y hoy derechamente debemos ser capaces de generar un proyecto con participación, donde sean los ciudadanos los que decidan un diseño de futuro, que integre la riqueza cultural de nuestro hermoso territorio y se tome la decisión si el actual lugar cumple o no con los requisitos para recibir una nueva edificación. Lo que está claro es que se necesita "un nuevo terminal", pero para ello debemos avanzar hacia ese cambio con participación.

El debate hoy está abierto, como municipio tenemos la capacidad técnica para sacar adelante un proyecto de esta naturaleza, pero no sobre la base de la imposición, si hay algo que hoy todo servidor público debe tener presente es que la etapa de decidir por los demás sin ser capaz de generar un diálogo ciudadano que enriquezca las propuestas y fortalezca la decisión final pasó de moda. Hoy es época de cambios, donde el respeto deje de lado la soberbia, y la participación deje de lado la imposición. Si tenemos claro esos conceptos, significará que algo hemos aprendido.