Sucesivas alzas en precios, mala conexión de internet a bordo, precios de productos que ni en Vitacura se encuentran, ¿alguien ha puesto hincapié en revisar los antecedentes de la licitación del transporte marítimo en el canal de Chacao?

Por un lado, los representantes de los usuarios y consumidores, así como también el gremio del transporte y la conectividad de la provincia han tildado de "abusivos y desproporcionados los valores fijados por la naviera". En otra vereda, el parlamentario Alejandro Santana señaló que se debe implementar "un subsidio permanente para los habitantes de Chiloé".

Ni una ni otra de las visiones señaladas incurren en el trasfondo de la licitación realizada por el MOP que establece barreras de entrada imposibles de cumplir por otras navieras.

Convengamos que establecimiento de precios justos es imposible, antecedentes de ello se pueden encontrar en fundamentos propuestos por los escolásticos del Siglo de Oro español como Juan de Lugo, quien en 1615 argumenta que "el precio justo de equilibrio de las cosas depende de tan inmensa cantidad de circunstancias que solo Dios puede llegar a conocerlo". Sin embargo crear mecanismos en los cuales exista libre competencia es la tarea de nuestros tomadores de decisiones; ello llevaría directamente a una rebaja en los costes de productos y servicios. Ahora bien, respecto a un subsidio, este no hace más que distorsionar aún más el precio del transbordo e incorporaría nuevos riesgos dado que los subsidios o controles de precios, son más difíciles de focalizar y pueden acarrear distorsiones que generan costos a largo plazo.

Con una licitación que solo dos empresas están dispuestas a cumplir, y que impide elevar la calidad de los servicios al interior de ellos -por una concesión adjudicada en cierta cantidad de años- hace aún más compleja hoy la tarea de solucionar.