Esta semana se discutió en el senado modificaciones a la ley, con el objetivo de hacer algunos cambios orientados a los industriales y pequeños armadores, modificando las multas, los años de licitación, la eliminación de la pesca de arrastre y manejo de los descartes.

Lamentablemente este proyecto tiene más de populismo que de revertir o mejorar lo que realmente les interesa a los pescadores artesanales.

Quiero primero que nada manifestar mi posición de evaluar y mejorar esta ley, especialmente en lo que tenga relación con proteger y preservar la pesca artesanal de mi región y los recursos naturales que finalmente son el sustento de más de 70 mil familias que viven de la explotación de recursos marinos, cuyo 34 por ciento se concentra en la Región de Los Lagos.

Pero hay que ser serios, no podemos legislar por partes, si existe consenso en mejorar esta ley, como se hizo en la reforma tributaria a meses de su aprobación, creo no existe impedimento para que hagamos un debate serio, y profundo para mejorar la Ley de Pesca atendiendo en primera instancia a escuchar a las organizaciones, porque hay regulaciones beneficiosas y otras que sin duda hay que mejorar.

El Gobierno ha pedido un estudio a la FAO que permitirá desarrollar una evaluación técnica de la legislación pesquera vigente a la luz de los instrumentos y buenas prácticas para la sustentabilidad y gobernanza del sector pesquero. Este organismo y su respectivo informe sin duda darán a todos los sectores de la pesca garantías de imparcialidad, excelencia y transparencia en la evaluación de la ley.

Pese al retraso de la FAO, considero necesario no improvisar y esperar este informe y realizar todas las modificaciones necesarias de una vez y no comenzar con soluciones parche, que muchas de ellas tampoco soluciona los verdaderos conflictos que enfrenta hoy la pesca artesanal.

Ancud

Castro

Quellón

Dalcahue

Chonchi